El marido de Victoria a la salida de los juzgados. / ANTONIO VÁZQUEZ
Ciudadanos

El odio acabó con ella

El 26 de febrero fue un día para olvidar o para grabar a fuego para que nunca vuelva a pasar. Cuatro mujeres fueron asesinadas en 24 horas; una de ellas fue María Victoria, de 49 años. Su marido la cogió a traición, de espaldas en un establecimiento público. No le tembló el pulso saber que iba a tener testigos -el dueño de una pollería y varios clientes- cuando decidió asestar cuatro puñaladas a su esposa, quien tramitaba ya la separación. Dos días después declararía ante el juez que la mató porque la odiaba. Fue enviado a prisión.

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El asesinato estuvo precedido de un cruce de denuncias que llevó a la víctima a soportar una orden de alejamiento solicitada por su asesino. Ella quiso poner tierra de por medio y regresó a su tierra natal (Sevilla). Pero tuvo que acudir de nuevo a El Puerto para resolver unos papeles y su pareja aprovechó la ocasión.