ENCUENTRO. José Luis Rodríguez Zapatero, junto al presidente de la Confederación Empresarial, Gerardo Díaz Ferrán. / EFE
Economia

Zapatero reprocha a los empresarios que aprovechen la crisis para reducir plantillas

El presidente del Gobierno urge a patronal y sindicatos a cerrar acuerdos para frenar la crisis

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El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, reprochó ayer a los empresarios que aprovechen el declive económico y la alta temporalidad laboral para «ajustar rápidamente sus plantillas», y dejó entrever que la mayoría de las demandas de las organizaciones patronales no tiene cabida en la actualidad.

Rodríguez Zapatero se mostró partidario de mantener durante los próximos años la política fiscal dada su naturaleza «rigurosa» y «una de las más bajas de la Unión Europea». Y ante las últimas recomendaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), que insiste en la conveniencia de flexibilizar el mercado de trabajo, el jefe del Ejecutivo recordó que los organismos internacionales se confunden a menudo.

Las declaraciones del jefe del Ejecutivo tuvieron lugar en la conferencia anual de CEOE, y se produjeron después de escuchar el decálogo reivindicativo del presidente de la patronal, Gerardo Díaz Ferrán, que recogía un amplio abanico de reformas.

Rodríguez Zapatero insistió en que el Gobierno ya ha hecho sus deberes para afrontar la crisis con la adopción de 80 medidas excepcionales. Corresponde ahora a las entidades financieras hacer que el crédito llegue a las familias y a las empresas, sobre todo a las pymes. «Soy el primer interesado y el que más desea que esto se produzca en el menor tiempo posible», dijo el presidente.

Dinero de los ciudadanos

Rodríguez Zapatero recordó que el Gobierno, consciente del momento extraordinario que vive el país, ha utilizado el mayor volumen posible de recursos públicos para afrontar los graves problemas de liquidez y financiación de la economía. Dejó muy claro a los empresarios que ese dinero «proviene de los impuestos de los ciudadanos», e instó a patronal y sindicatos a colaborar para frenar las consecuencias de la crisis.

Una manera de hacerlo, apuntó, es firmar pronto el acuerdo anual para la negociación colectiva de 2009 y conseguir un marco estable para la política salarial y la creación de empleo.

«Espero contar pronto con ese acuerdo, que irá en beneficio de todos», insistió el presidente del Gobierno. Estos pactos recogen las líneas generales a defender desde ambos lados de la mesa en los convenios colectivos y, si bien defiende subidas moderadas de los salarios, algo que ahora la patronal no ve con buenos ojos, conllevan también paz social. Una circunstancia que beneficia a las sociedades, añadió.

«El diálogo social tiene que ser útil -continuó- no sólo para los legítimos intereses de los interlocutores sociales», sino para la sociedad en su conjunto. El jefe del Ejecutivo se mostró convencido de que estas preocupaciones están en la cabeza de sindicatos y patronal. Rodríguez Zapatero desconfió de las previsiones de organismos internacionales, en alusión a las últimas recomendaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), porque «no es infrecuente que se equivoquen o que, por inercia, propongan medidas que se han demostrado ineficaces», dijo.

Reforma laboral

Por su parte, y en un afilado mensaje al mundo empresarial, el ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho aseguró que «una reforma laboral -solicitada por la CEOE- gestada en dos meses no va a solucionar la crisis». «Hay que reflexionar, pero el origen de los problemas no es laboral; el mercado no es tan rígido como dicen», señaló.

Corbacho invitó a los empresarios a tratar los asuntos que les inquieten en el seno del diálogo social y abrió la puerta a una reforma de la normativa en pro de una mayor celeridad en la creación de empresas y de empleo.