Cultura

«Tenía un 25% de sueco tímido, un 50 de Teresa de Calcuta y otro 25 de soñador»

La presentación de La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina se desarrolló la semana pasada en la embajada de Suecia en Madrid, y contó la presencia de uno de los mejores amigos de Larsson y compañero en la revista Expo, Kurdo Baksi. «Él siempre decía que había tres problemas: el de la raza, el sexo y la clase social. Si no se solventan, el mundo seguiría siendo malo», recordó Baksi, quien caracterizó al escritor como «un 25% de sueco tímido, un 50 de madre Teresa de Calcuta y un 25 de soñador».

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El novelista fumaba 80 cigarrillos y tomaba 15 cafés al día. Era un tipo visceral, a juicio de su amigo, que un buen día decidió plasmar su lucha contra las injusticias en unos libros partiendo de un género tan clásico como la novela negra. «Comenzó a escribirlos hace 15 años. Pero, en 1997, decidió quemarlos para luego hacerlos de memoria. Así era Stieg», apuntó su colega.

Si el escritor y director de la revista Expo estuviera vivo, y dispusiera de los millones de euros que han producido la venta de los millones de ejemplares en 32 países de la primera y la segunda entrega, se habría comprado «Marlboro Light, una casita cerca del mar y un barco chiquito», dice Baksi. «Llevaría los mismos zapatos y la misma ropa» con la que le pidió ayuda para sacar adelante su revista,

El autor tenía «miedo de las mujeres», su publicación siempre daba pérdidas y pecaba de inseguridad. El escritor tenía «pensados» diez libros cuando murió pero sólo terminó tres, los ya editados en español más La reina en el palacio de las corrientes de aire, cuya publicación está prevista para el 5 de junio de 2009. Queda también un «medio libro» que estaba en su ordenador y que Baksi cree que «un día se podrá publicar».