El presidente de la Conferencia Episcopal Española y arzobispo de Madrid, el cardenal Antonio María Rouco Varela, junto al cardenal arzobispo de Sevilla, Carlos Amigo, al inicio de la Asamblea Plenaria. /Efe
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Rouco aboga por «olvidar» y volver al espíritu de la Transición

Advierte de que la recuperación de la memoria puede derivar en confrontaciones violentas

MADRID Actualizado: Guardar
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El presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), el cardenal y arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco, ha incidido en la necesidad de evitar actitudes, palabras y estrategias, en relación con la recuperación de la memoria histórica, que puedan derivar en confrontaciones violentas. Lo ha hecho durante el discurso que ha pronunciado con motivo de la apertura de la Asamblea Plenaria de la CEE, que concluirá sus trabajos el próximo viernes. En él, se ha referido a dos de las preocupaciones "que se sienten en este momento de nuestra sociedad": la purificación de la memoria y la situación económica.

"No son pocos los que manifiestan una justificada inquietud ante el peligro de un deterioro de la convivencia serena y reconciliada que hemos logrado ya en nuestra sociedad", ha señalado. Y ha recordado que "la historia de España de los dos últimos siglos ha estado, por desgracia, jalonada por tensiones que más de una vez han desembocado en enfrentamientos fratricidas. El último y el más terrible de todos tuvo lugar en los años treinta del siglo pasado en el contexto de una situación internacional de confrontación entre ideologías totalitarias de diverso signo".

Aunque Rouco ha reconocido que "la actual situación internacional y nacional no es la misma", ha advertido de que "siempre es necesario vigilar para evitar de raíz actitudes, palabras, estrategias y todo lo que pudiera dar pábulo a las confrontaciones que puedan acabar siendo violentas". Ha señalado que "es necesario cultivar el espíritu de reconciliación, sacrificado y generoso, que presidió la vida social y política en los años llamados de la transición a la democracia".

A veces, ha agregado, "es necesario saber olvidar. No por ignorancia o cobardía, sino en virtud de una voluntad de reconciliación y de perdón verdaderamente responsable y fuerte; una voluntad basada en los altos ideales de la paz que se alimenta de la justicia, de la libertad y ¿por qué no decirlo? del perdón y del amor fraterno": eso "es lo que puede llamarse una auténtica y sana purificación de la memoria".

Antonio María Rouco ha dicho que a los jóvenes "hay que liberarlos, en cuanto sea posible, de los lastres del pasado, no cargándolos con viejas rencillas y rencores, sino ayudándoles a fortalecer la voluntad de plena concordia y de amistad, capaz de unir pacíficamente las personas, las familias y las comunidades que integran y conforman la España actual".

Los "orígenes morales" de la crisis

Sobre la crisis económica ha señalado que tiene, "sin duda, causas de orden técnico que los especialistas tratan de diagnosticar en orden a ofrecer las soluciones más adecuadas", pero añadió que, "como la economía está tejida también de relaciones humanas libremente decididas, ninguna situación económica puede ser entendida como fruto de leyes inexorables totalmente ajenas al comportamiento humano".

Con todo, recomendaba: "En tiempos de crisis, como en tiempos de bonanza, es necesario prestar atención a las responsabilidades morales de los actores sociales, que, de uno u otro modo, somos todos". El cardenal cree que es el momento de reflexionar sobre los "orígenes morales" de la crisis, "examinando si el relativismo moral no ha fomentado conductas no orientadas por criterios objetivos de servicio al bien común y al interés general; si la vida económica no se ha visto dominada por la avaricia de la ganancia rápida y desproporcionada a los bienes producidos; si el derroche y la ostentación, privada y pública, no han sido presentados con demasiada frecuencia como supuesta prueba de efectividad económica y social”.

Justicia social en tiempos de crisis

"Es necesario reactivar la solidaridad que procede del amor", insistía Rouco Varela, quien ha afirmado que hay que llegar a la justicia justicia social. A renglón seguido ha recomendado en las actuales circunstancias la doctrina social de la Iglesia. "Quienes se quedan sin trabajo; los inmigrantes, con menos apoyo en el entorno familiar y social, y, en general, la personas que se hallan en situaciones más desfavorecidas, esperan con toda justicia el apoyo necesario de los poderes públicos y de la sociedad".

También ha recordado que la familia es la "escuela primera y básica de la solidaridad efectiva" y ha denunciado que cuando ésta "no recibe el apoyo cultural, social y legal adecuado, se están cegando las fuentes de la savia moral del ciudadano". En este punto ha renovado sus crítias al aborto como "sacrificio silencioso y legalmente tolerado de tantas vidas inocentes" y ha declarado que "representa una injusticia clamorosa que no puede dejar de afectar seriamente a todas las relaciones humanas más básicas".

Rouco se ha referido al matrimonio y ha recordado que "precisa de una verdadera protección jurídica que garantice a los esposas y esposas actuales y futuros el reconocimiento elemental de su cualidad de tales".