Momento de la cena celebrada anoche en la Casa Blanca, acto inaugural de los encuentros de este fin de semana. /Reuters
CRISIS FINANCIERA

La reforma de la arquitectura financiera mundial arranca en Washington con la reunión del G-20

El 'National Building Museum' acoge hoy la celebración de dos sesiones de trabajo plenarias

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El 'National Building Museum' de Washington acoge hoy dos sesiones de trabajo plenarias con la participación de todos los líderes tras la protocolaria foto de familia. A continuación, el presidente estadounidense, George W. Bush, ofrecerá un almuerzo al que asistirán también los ministros de Finanzas.

Los miembros del G-20 preparan ya una próxima cumbre de Jefes de Estado que se celebrará a finales de febrero o en marzo en el Reino Unido, según el canciller de Brasil, Celso Amorim, cuyo país que preside actualmente el grupo. "Sería natural" que fuera en el Reino Unido, porque será el próximo país que presida el G20, ha dicho Amorim.

La Unión Europea acude a la cita, la primera de una serie de conferencias sobre la crisis económica mundial, con la pretensión de imponer una mayor regulación en el sector financiero en un plazo de cien días. Estados Unidos ve estas reformas con mayor cautela, mientras que para los países emergentes la prioridad es aumentar su representación en los órganos de gobierno internacional como el Banco Mundial o el G-8.

Durante la cumbre se va a discutir también, a iniciativa de Reino Unido, la posibilidad de lanzar una iniciativa conjunta de estímulo fiscal para combatir la recesión. Este plan es el que podría encontrar un mayor grado de consenso dado que varias de las mayores economías del mundo están tomando medidas en este sentido en los últimos días. La Administración norteamericana ya aprobó en verano un plan de estímulo fiscal y está estudiando lanzar otro nuevo. También Japón, China, Reino Unido y Alemania han anunciado programas de este tipo.

Sin embargo, se espera que los resultados de la reunión sean mucho menos ambiciosos y concretos. En primer lugar, porque Bush, el anfitrión a la fuerza del encuentro, tiene los días contados en la Casa Blanca y su sucesor, Barack Obama, no asiste a la reunión. Para evitar la imagen de bicefalia en la primera potencia del mundo, se ha decidido enviar a dos emisarios: la antigua secretaria de Estado con Bill Clinto, Madeleine Albright, y el ex congresista republicano Jim Leach.

"Las cosas no van a cambiar de la noche a la mañana"

El propio director del FMI, Dominique Strauss-Khan, ha insistido en que no hay que tener demasiadas expectativas sobre la reunión. "Las cosas no van a cambiar de la noche a la mañana. Costó dos años preparar Bretton Woods. Mucha gente está hablando ahora de Bretton Woods II. Suena bien, pero no vamos a crear un nuevo tratado internacional", expone Strauss-Khan en una entrevista con el periódico británico Financial Times.

Además, no hay que pasar por alto que las posiciones de los países del G-20 sobre la reforma de la arquitectura financiera internacional están muy alejadas, lo que dificulta que puedan aprobarse medidas concretas. Bush ha insistido en que la crisis no debe hacer olvidar que el libre mercado es el mejor sistema para lograr crecimiento económico, y ha advertido del riesgo de una "sobrerregulación" de los mercados, apuntando que otros países con una supervisión de los mercados hipotecarios más amplia que la de Estados Unidos habían experimentado problemas "casi idénticos".

En el extremo contrario se sitúa Francia, cuya propuesta estrella para la cumbre de Washington, que ha sido asumida por el conjunto de la UE, es que ningún segmento de mercado, ningún territorio ni ninguna institución financiera escape a la regulación, incluyendo agencias de 'rating', 'hedge funds' y paraísos fiscales.

"No queremos pasar de la ausencia de regulación a un exceso de regulación, pero queremos cambiar las reglas del juego financiero", señalaba Sarkozy la semana pasada tras la cumbre en la que los Veintisiete pactaron la postura común que llevan al G-20. El presidente francés recordó entonces que la actual crisis partió de Estados Unidos y que por ello la UE no aceptará ahora que las autoridades norteamericanas bloqueen las reformas. Sarkozy defenderá además en Washington que el dólar "no puede pretender ser la única moneda del mundo".

Regulación  "muy exigente" del sistema financiero

El único punto de encuentro que parece perfilarse entre la UE y Estados Unidos, que podría ser apoyado también por los países emergentes, es la necesidad de relanzar la ronda de liberalización comercial de Doha, que se lanzó en 2001 y se bloqueó por enésima vez en julio.

Por su parte, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero -que finalmente logró hacerse un hueco en una cita a la que inicialmente estaban invitados sólo los jefes de Estado y de Gobierno de los países que forman el G-20-, va a defender hoy el modelo español de supervisión bancaria, que ha permitido que el sistema financiero esté afrontando mejor que otros las turbulencias de los mercados. Zapatero apostará en Washington por una regulación  "muy exigente" del sistema financiero, por considerar que sólo así se podrá dar confianza a los inversores.

Uno de los posibles resultados de la cumbre podría ser el de consolidar al G-20 como nuevo formato de gobierno internacional para hacer frente a los problemas mundiales, ya que el G-8 excluye a las potencias emergentes. En este sentido, una de las prioridades para España es mantener en el futuro su puesto en el G-20 y poder participar en este tipo de debates. Probablemente se decidirá convocar una nueva cumbre del G-20 a finales de febrero o principios de marzo, en la que ya participará Obama, para evaluar los progresos realizados.