Los jóvenes Ricard Pinilla y Oriol Plana durante el juicio seguido en octubre en la Audiencia de Barcelona por haber quemado viva a una indigente en un cajero de la Ciudad Condal. /Archivo
asesinato con alevosía

Condenados a 17 años de cárcel los dos jóvenes que quemaron a una indigente en un cajero de Barcelona

Oriol Plana y Ricard Pinilla tendrán que indemnizar con 46.000 euros a la madre y la hija de la indigente y con otros 26.719 euros a La Caixa por los daños provocados

MADRID Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

La Audiencia de Barcelona ha condenado a 17 años de prisión por asesinato a Oriol Plana y a Ricard Pinilla, los dos jóvenes que en diciembre de 2005 quemaron viva a una mendiga en un cajero automático de Barcelona junto a otro menor de edad.

La sentencia, dictada por la sección décima de la Audiencia, condena a los jóvenes por un delito de asesinato con alevosía y otro de daños por los desperfectos que causaron en el cajero automático, propiedad de La Caixa. El tribunal ha impuesto el pago de una indemnización de 46.000 euros para la madre y la hija de la indigente y otros 26.719 euros para la entidad bancaria por los daños provocados en el cajero.

La Audiencia de Barcelona considera que el fuego, especialmente, cuando se utiliza con acelerantes, "es un medio esencialmente alevoso" porque denota "de manera inequívoca" la intención de asegurar el delito. Por este motivo rechaza la agravante de ensañamiento que solicitaba la parte acusatoria -que pedía 25 años por el delito de asesinato con alevosía y ensañamiento y otros tres por daños- al considerar que el fuego era un medio especialmente cruel. Entiende el tribunal que los acusados no actuaron "de modo deliberado y consciente" para aumentar el sufrimiento de la víctima.

Los hechos probados

Según ha declarado probado la Sección Décima y como se puede ver en el vídeo de seguridad del cajero, la agresión se inició entre las 1.38 y las 1.44 horas del 16 de diciembre de 2005, cuando Ricard y Oriol lanzaron varios objetos, como una naranja y una botella de plástico, a María Rosario E.P., que se había refugiado en un cajero de la calle Guillem Tell para pasar la noche.

Tras un breve forcejeo, la mujer logró cerrar el pestillo, pero volvieron más tarde acompañados del menor J.J.M.R. -ya condenado a ocho años de internamiento-, y "urdieron una trampa" para lograr que les abriera la puerta. El joven, al que la víctima no conocía, le pidió que le abriera para extraer dinero y María Rosario E.P. accedió.

Los acusados -que durante el juicio pidieron perdón a la familia de la fallecida y dijeron que sólo querían darle "un susto"- y el menor entraron con "objetos contundentes" como tubos de cartón rígido y duros que encontraron en un saco de escombros cercano y golpearon a la mujer "repartiéndose entre sí los alternativos papeles agresores" hasta que salieron instantes más tarde.

Un vídeo recogió el ataque

Sobre las 4.10 horas, los tres regresaron con un bidón -en el que había "como mínimo" cinco litros de disolvente-, que cogieron del andamio que cubría el inmueble, que estaba siendo restaurado, y que olieron "para confirmar la certeza de la clase de sustancia de que se trataba".

Ricard entró fumando en el cajero junto al menor, que portaba el bidón, y Oriol se quedó fuera sujetando la puerta abierta, "garantizando así la inmediata huida". Mientras, J.J.M.R. empezó a verter "a escasa distancia" parte del líquido, pero, como la garrafa pesaba, "se le venció" y se derramó "su contenido casi por completo". Ricard esperó a tirar la colilla hasta que el menor llegó a la puerta.

En las imágenes del vídeo, puede verse a los acusados "sonrientes" tras la potente deflagración y abandonando el lugar sin auxiliar a la víctima ni llamar a los servicios de emergencias, que llegaron minutos más tarde y encontraron a la mujer aún con vida.

María Rosario E.P. fue trasladada al Hospital Vall d'Hebron de Barcelona, donde murió dos días después por un fallo multiorgánico causado por las quemaduras de segundo y tercer grado que sufría en el 65% de su cuerpo -brazos, piernas, cuello, cráneo, tórax, espalda, glúteos y zona genital-. Tenía la cara totalmente quemada y presentaba contusiones y hematomas.