Asegura que "en esencia el trabajo del actor en televisión y en teatro es el mismo". / LA VOZ
PACO TOUS - ACTOR

«Cádiz debería tener un museo del 'holocausto' del Estrecho»

El protagonista de 'Los hombres de Paco' presentó ayer en la II Muestra de Teatro Andaluz de El Puerto el regreso de 'Maná maná', una reflexión humorística sobre la pobreza

CÁDIZ Actualizado: Guardar
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Los buenos textos se ponen de actualidad cada cierto tiempo. Como un ciclo de verdades manifiestas, sacuden de vez en cuando el sueño de las ideas dormidas, casi como un alarido oportuno de consciencia y conciencia. Maná maná, el regreso es un ejemplo. Una reflexión humorística sobre la pobreza extrema de tres indigentes vuelve a saltar a los titulares de unas páginas inundadas por una crisis internacional y cientos de familias que ya no tienen de qué comer. Ayer la obra se presentaba en las tablas el Pedro Muñoz Seca con Los Ulen, 12 años después de recorrer los mejores escenarios. Paco Tous (Sevilla, 1964) regresa a la II Muestra de Teatro Andaluz de El Puerto «con cierto vértigo» por el tema, a la obra y también a la ciudad donde se crió. Entre la trasera del teatro y la playa de La Puntilla discurrió su infancia, justo antes de que abandonase la veterinaria para dar saltos con zancos por los pueblos de Cádiz y convertirse, al fin, en uno de los actores más sólidos del teatro y la televisión de España.



-¿Qué es Maná maná?

-Es una de las obras emblema de Los Ulen que hicimos después de la muerte de Friedhelm Grübe. Además hacía siete años que no trabajábamos juntos Maite Sandoval, Pepe Quero y yo. En la obra nos ponemos al borde de la pobreza, enseñamos al público lo que le puede pasar en cualquier momento, la situación en la que se puede ver si le cae un marrón, de la noche a la mañana.

-¿La crisis ha sido casualidad u oportunidad?

-Pura casualidad. Le aseguro que la crisis no ha sido culpa nuestra. No tenemos nada que ver con una maniobra publicitaria. Lo hicimos hace doce años y entonces se veía el tema de otra forma. Ahora la gente se siente en peligro cuando piensa que puede perderlo todo, que los edificios más altos también se caen.

-¿Cuál es el hilo argumental?

-Nos solemos poner al borde de las cosas. Al borde del futuro, de la muerte... Ahora, de la pobreza. Intentamos no hacer prototipos, pero echamos a tres pobres descarnados al escenario. Son tres personas que se despiertan al lado de su casa y desayunan en un contenedor. Cada uno presenta su declaración de principios, su interrelación con la verdad. Contamos sus broncas, cómo pueden oler, cómo pueden saber, qué les parece el día, cuál es su agenda... ¿Se imagina cómo es la agenda de una persona así? ¿Qué día más largo! Dormir, buscar comida, comer, pedir. Todo en clave humorística.

-¿Es posible la risa en la miseria?

-Solemos tener una crítica y es que el espectador cuando sale de la obra piensa me he reído mucho, pero ¿Dios, de qué me estoy riendo! Utilizamos el humor como un arma afilada para calar en la gente. Antes a la gente se le ponían los pelos de punta con los negritos de África y decían lo de cambia eso cuando aparecían en el informativo. Ahora están anestesiados.

-Esa crisis siempre ha estado ahí ¿es eso?

-La gente necesita que le toquen el bolsillo para pensar. Nadie se da cuenta de lo que está pasando en su misma puerta. Por ejemplo, Cádiz debería de tener un museo del holocausto del Estrecho, pero solo nos ponemos nerviosos si nos tocan lo nuestro.

-¿Hay gente que se juega la vida por vivir en nuestra crisis?

-Más: hay gente que se tira sobre una valla de alambre de espino por vivir en nuestra crisis. Nuestro problema -y todo esto lo digo a nivel personal, no como representación de Los Ulen- es que somos hipócritas. Nos han hecho creer que todo iba bien, pero sabían que iba a explotar en algún momento. Los inmigrantes deberían llegar más enfadados que pidiendo clemencia. Deberían preguntarnos a los europeos y a los yankees ¿Qué habéis hecho con el mundo?

-¿Disfruta más en Los hombres de Paco o en el teatro?

-En esencia, el trabajo de actor es el mismo después del cinco y acción que en el teatro. Es lo mismo, aunque Los Ulen es mi proyecto de vida. La fama me importa dos narices, pero el éxito me gusta y en Los hombres de Paco he disfrutado horrores. Y no es que a la tele se vaya a ganar dinero, sino que en el teatro se cobra muy poco.

-No se imaginaba que haría de poli cuando recorría Cádiz sobre unos zancos...

-Desde luego que no. Empecé porque... La verdad es que no sé por qué empecé. No sé por qué soy actor.

Divorcio forzado

-Adriana Ozores se va de la serie. ¿Cómo se lo toma?

-Me ha roto el corazón. Nunca he visto una actriz más generosa. Con mirarle a los ojos en una secuencia, ya está la secuencia hecha. Estas cosas pasan en el mundo de los artistas, pero me ha supuesto un desgarro. Me da mucha pena.

-¿Qué va a pasar en la serie?

-La continuación es muy graciosa. Pepón Nieto, Juan Diego y yo tenemos que vivir en un mismo piso, algo así como tres polis y un biberón. Imagínese prepararle la tostadita al jefe. ¿Quiere una chistorrita, Don Lorenzo? Será muy divertido.

-¿Cómo combina la serie humor y tragedia?

-La serie no busca personajes-dibujo. Tienen risas y penurias. Es en parte justicia con el Cuerpo Nacional de Policía, porque siempre se les ha retratado como superhéroes o como corruptos, pero no en la realidad, como gente que no llega a fin de mes y que se juega la vida.

-¿A quién le gustaría detener?

-Creo que dijo Alberti que si los hijos de puta volasen no se vería el sol, así que no faltan candidatos. Pero habría que detener a George W. Bush y a su padre por hacer guerras con mentiras. Ellos, con Sadam Hussein en la misma celda. Lo malo es que se habrían hecho amigos.

-¿Ganará Obama?

-Tampoco estoy muy metido en la política internacional. Desde luego no espero que Barack Obama cambie la faz del mundo. No me lo creo. Sí que espero que se rompa la continuidad con los guerreros. Conste que no puedo decir criminales de guerra porque no está demostrado. Si piensa más cívicamente en la historia y en el mundo, sí que espero que gane Obama, sí.

apaolaza@

lavozdigital.es