INUNDACIÓN. Los coches circulan con dificultad por las calles de Melilla a causa de la tromba de lluvia que cayó ayer sobre la ciudad. / EFE
ESPAÑA

Un diluvio deja incomunicada a Melilla por tierra, mar y aire

El Gobierno local se plantea pedir la declaración de zona catastrófica

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Los melillenses comprendieron ayer lo que debió ser el diluvio universal. Un temporal de lluvia y viento azotó con fuerza la ciudad, y desde las 23.00 horas del sábado hasta el mediodía de ayer cayeron 105 litros por metro cuadrado, de los que 41 se concentraron entre las 11.00 y las 12.00. Melilla quedó incomunicada por tierra, mar y aire, sus calles anegadas, el río desbordado, y buena parte de la valla fronteriza con Marruecos cedió ante el vendaval.

El presidente de la ciudad autónoma, Juan José Imbroda, explicó que piensa pedir al Gobierno central la declaración de zona catastrófica ante «uno de los peores vendavales» que ha vivido Melilla desde 1985. Subrayó, no obstante, que pese a la virulencia del fenómeno no se han registrado muertos ni heridos.

Fue una madrugada de agua sin parar, y Melilla amaneció con sus calles convertidas en arroyos, con numerosos garajes y viviendas inundados. En algunas zonas del centro de la ciudad, como la plaza de España, el agua alcanzó hasta los 60 centímetros de altura, y el Cuerpo de Bomberos y la Policía Local tuvieron que atender a incontables emergencias. Los daños materiales, en cambio, son cuantiosos.

El Río de Oro, que a lo largo de ocho kilómetros atraviesa la ciudad, se desbordó en el barrio del Industrial, y la zona fue acordonada para evitar percances. La circulación de vehículos por los puentes se cortó ante el caudal de las aguas. También se salieron de su cauce dos arroyos.

La ciudad, además, quedó incomunicada y no es la primera vez que ocurre. Desde que empezó el otoño, se han registrado tres fuertes temporales en la ciudad autónoma, los dos anteriores a finales de septiembre y hace una semana. Las comunicaciones aéreas quedaron suspendidas desde primera hora de la mañana por problemas de visibilidad y los aviones de la compañía Air Nostrum suspendieron sus vuelos. Del puerto melillense tampoco pudieron salir barcos debido a la mar gruesa, y la empresa Acciona-Transmediterránea canceló también los enlaces marítimos con Málaga y Almería.

La frontera

Las cosas no fueron mejor en la frontera con Marruecos. Los puestos de Farhana y Beni Enzar quedaron intransitables y no hubo movimientos de personas ni vehículos. La valla fronteriza se vino abajo en un tramo de unos 50 metros en la zona del aeropuerto y en el Barrio Chino.

La Delegación del Gobierno reforzó la vigilancia en el sector para de esta forma evitar la entrada inmigrantes que se refugian en áreas cercanas a la espera del momento para intentar la entrada en la ciudad.