El Gobierno lleva gastados 2.300 millones de euros en imprevistos

La crisis parece haber abocado al Gobierno a agotar el Fondo de Contingencia, partida de los presupuestos con la que se hace frente año a año a los gastos imprevistos que surgen y que, por ese mismo carácter sorpresivo, no estaban incluidos en las cuentas generales del Estado. Hasta septiembre, llevaba ya gastados un total de 2.272 millones de euros, sólo 18 millones menos que en todo el 2007, y ello con una economía española ya estancada.

El citado Fondo, creado en 2001, equivale al 2% del límite de gasto no financiero para el Estado. Su fin original era destinarlo, cuando proceda, a «atender necesidades de carácter no discrecional y no contempladas en el presupuesto inicial».

Cataluña, beneficiada

Llama la atención que casi un tercio del dinero gastado este año precisamente en «contingencias» haya tenido como destino Cataluña, con un total de 739,6 millones de euros, el 32,5% del total ejecutado en el Fondo hasta el pasado 30 de septiembre.

Dicha cantidad supera incluso a una de las asignaciones clásicas en esta partida presupuestarias: las misiones militares españolas en el extranjero, destinadas a mantener la paz en países con conflictos (Afganistán, el Líbano, Kosovo, Bosnia o Congo) bajo el amparo de la ONU o la OTAN.

Durante 2008 se han dedicado a tal fin 630,7 millones de euros (91 millones menos que en todo 2007), a los que hay que unir otros 90 millones para la modernización de las Fuerzas Armadas.

Fines diversos

Respecto al dinero invertido en la comunidad catalana, 221,8 millones corresponden a la financiación del despliegue de los Mossos D'Esquadra a cargo de las cargas estatales, una cantidad que triplica con creces la que se empleó con el mismo fin durante 2006. A este concepto hay que unir otros 357,5 millones para inversiones del Ministerio de Fomento en materia de ferrocarriles y carreteras dentro de dicho territorio.

Otro desembolso destacado, ya a nivel estatal, fueron los 115 millones derivados de que los tribunales condenaron al Estado a pagar indemnizaciones económicas relativas a la asistencia sanitaria prestada por varias compañías públicas y privadas a sus trabajadores.

La inmigración tuvo esta vez un peso mucho más reducido en los créditos con cargo al Fondo, al contrario de lo que ocurrió con el llamado cheque bebe, el pago único por nacimiento o adopción de hijo, al que se dedicaron 51,5 millones del dinero recogido en los presupuestos para «imprevistos». También tuvo un coste sensible el plan de emergencia de vacunación masiva que se tuvo que implementar ya entrado el año en la cabaña ganadera española, de cara a hacer frente a la enfermedad de la lengua azul.