Miembros de Bank of America.
Economia

Las entidades bancarias de EE UU, contra la pared

Las autoridades norteamericanas no dieron opción alguna de negociación a los responsables en el plan de rescate

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Las cabezas pensantes de los nueve bancos más importantes de Estados Unidos entraron el lunes en una sala de juntas de Washington pensando que el secretario del Tesoro, Henry Paulson, quería explicarles personalmente los detalles del plan de rescate financiero. Lo que se encontraron sobre la mesa fue un contrato de un folio por el que vendían al gobierno parte de sus empresas, sin posibilidad de negociar.

Así fue una de las reuniones más decisivas en la historia del capitalismo, atendiendo a las recolecciones que han hecho los diarios The Wall Street Journal y The New York Times. Paulson los convocó telefónicamente el domingo por la tarde con un tono enigmático. «Vente para acá», dijo al consejero delegado de Morgan Stanley, John Mack. «Se lo contaremos a todos a la vez, creo que vas a estar encantado». Y Mack, cuya compañía estaba entre las más vulnerables del grupo, fue uno de los primeros en firmar el ultimátum del gobierno. Pero no todos estuvieron tan contentos.

Los habían sentado en una larga mesa de madera por orden alfabético. Del otro lado de la mesa, Paulson, flanqueado por el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, y la presidenta del Fondo Federal para Garantías de Depósitos, (FDIC) Sheila Bair. En un momento dado la discusión llegó a ser tan acalorada que Bernanke tuvo que poner paz recordando que no era necesario ser combativos.

En un extremo, Bank Of America, que presumía de acabar de recaudar 10 millones de dólares por su cuenta. En el otro, Wells Fargo, cuyo consejero delegado, Richard Kovacevich, fue quien más dio la batalla al gobierno. A diferencia de sus colegas neoyorquinos, el banco de San Francisco había moderado su riesgo y no se encontraba tan asfixiado por la deuda tóxica. ¿Quién les había dicho que ellos necesitaran capital?, se enfureció el directivo. Paulson respondía dibujándoles un panorama tan negro de la situación económica que hará de pesadilla bancaria para este Halloween. La reunión empezó a las tres de la tarde. A las 6.30 todos habían firmado, tras dejarles hora y media para consultar con sus juntas de dirección, emboscadas por sorpresa. «No creo que hubiera un banquero en esa habitación que pudiera mirarnos a los ojos y decir que tiene demasiado capital», contó después Paulson al New York Times.

«En relativamente poco tiempo todos se subieron a bordo». Los hombres más poderosos del país no tuvieron oportunidad alguna de negociar. Y si alguien no lo aceptaba, les amenazó Paulson, podían estar seguros de que luego no obtendrían ayuda alguna del gobierno.

Crisis para rato

Y los tiempos no prometen mejorar rápidamente. Bernanke, estudioso de la Gran Depresión, advirtió en declaraciones al Economic Club of New York que aún no se puede ver la luz al final de túnel porque no bastará con estabilizar los mercados.Y la volatilidad actual supone «una amenaza significativa» para una economía que ya había perdido fuelle.

«Al final, la trayectoria económica de los próximos tres trimestres dependerá de hasta qué punto los mercados financieros y crediticios vuelvan a ejercer sus funciones con normalidad», explicó. «La estabilización de los mercados financieros es un primer paso crítico pero incluso si se estabilizan como esperamos la recuperación económica no ocurrirá inmediatamente».

Sus sobrias palabras contribuyeron a la desmoralización de la Bolsa, que no supo apreciar la nota positiva de su discurso: una inflación controlada que abre la puerta a nuevas bajadas de tipos de interés.