SIN DERECHOS. Presos acusados de pertenecer a Al-Qaida, en la base de Guantánamo. / AP
ESPAÑA

Más de 200 presos de Guantánamo pasaron por España en vuelos de la CIA

Amnistía Internacional constata entre 2002 y 2007 hasta 92 escalas de aviones estadounidenses en aeropuertos nacionales

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El programa de detenciones secretas puesto en marcha por Estados Unidos dentro de la llamada 'guerra contra el terror' contó con la connivencia de las autoridades españolas entre enero de 2002 y septiembre de 2007. En ese periodo, la Agencia Central de Inteligencia (CIA) aprovechó aeropuertos civiles y militares y el espacio aéreo españoles para sus operaciones antiterroristas.

Así lo pone de manifiesto Amnistía Internacional en un informe en el que señala que más de 200 personas llegaron a la base de Guantánamo (Cuba) trasladadas a la fuerza en aviones militares estadounidenses que pasaron por España.

La investigación 'Destinos inconfesables, obligaciones incumplidas', presentada ayer, precisa que esos vuelos bajo sospecha despegaron de bases militares españolas o cruzaron al menos el espacio aéreo nacional, cuyo uso también está sometido al permiso de las autoridades. Amnistía denuncia que el Gobierno no cumplió su deber de informar al Parlamento Europeo ni al Consejo de Europa ni al Congreso de los Diputados sobre esos traslados.

Los vuelos militares registrados hasta septiembre de 2007, según confirmó en su momento Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA), tuvieron como procedencia o destino las bases de Morón de la Frontera (Sevilla), Rota (Cádiz) y Torrejón de Ardoz (Madrid). Al menos un avión que viajaba de Guantánamo a Bagram (Afganistán) hizo una parada técnica en Rota.

Aunque los registros de vuelo no permiten conocer si en los aviones militares que aterrizaron en bases españolas había detenidos, sí aportan información precisa sobre el día y la hora en que tomaron tierra en la base estadounidense en Cuba, dato que coincide con el de la llegada de presos a la isla, según información proporcionada por las autoridades estadounidenses.

Uno de los casos más relevantes es el del avión C-141, con matrícula RCH7502, que cruzó el espacio aéreo portugués tras despegar de Morón el 11 de enero de 2002 para dirigirse a Guantánamo. La fecha coincide con la llegada a esa base de los primeros 23 presos tras los atentados del 11-S de Nueva York y el Pentágono, que podrían haber pasado por España procedentes de Kandahar (Afganistán).

El convenio de Cooperación para la Defensa entre España y Estados Unidos, que será revisado en 2010, prohíbe el uso de las bases españolas para aquellas aeronaves que transporten «pasajeros o carga que pueda ser controvertida para España». Sin embargo, la falta de mecanismos de verificación hace que las autoridades nacionales suelan dar un 'permiso trimestral genérico' para el uso de las bases de Morón y Rota, sin especificar el tipo de la misión.

La investigación llevada a cabo por la responsable de Política Exterior de Amnistía Internacional, Mónica Costa, tiene en cuenta, entre otras fuentes, las indagaciones del Parlamento Europeo, que ha llegado a documentar hasta 68 escalas de aviones que se relacionan con «actividades ilegales» en aeropuertos españoles.

Una cifra que aumenta si se le añaden las 24 escalas realizadas por otras aeronaves que, aunque con destinos «menos preocupantes», han sido relacionados con el programan de detenciones secretas.

El listado de movimientos de aviones supuestamente vinculados a la CIA que hicieron paradas en aeropuertos civiles españoles incluye terminales de Palma de Mallorca, Ibiza, Barcelona, Tenerife (Los Rodeos), Valencia, Málaga, Vigo, Madrid, Sevilla, Gran Canaria, Alicante o Avilés (Asturias). Fueron vuelos con destino o procedencia a otros países europeos, Egipto, Libia, Guinea Conakry, Mauritania, Marruecos, Turquía, Irak, Canadá o Estados Unidos.

Interrogatorios

El informe de Amnistía Internacional destaca otras «actividades ilegales» que contaron con la connivencia española, caso de los interrogatorios de policías españoles a presos de Guantánamo.

Una de las víctimas de esta 'guerra contra el terror' fue el ciudadano marroquí Lahcen Ikassrien, que pasó tres años en la base naval cubana tras ser detenido en Afganistán a finales de 2001.

Residente en España en los años noventa, Ikassrien relató ayer durante la presentación del informe cómo fue interrogado en cuatro ocasiones por policías españoles entre el 2002 y el 2004 con el objetivo de identificar a sospechosos de pertenecer a Al Qaeda.

Fue extraditado a España en julio de 2005, pero la Audiencia Nacional decretó su libertad ya que la acusación se había basado en las mismas pruebas que el Tribunal Supremo había anulado en el caso de Hamed Ahmed, el ceutí que también pasó por la cárcel de Guantánamo.