El ultranacionalista Strache deposita su papeleta, seguido por los reporteros gráficos y audiovisuales. /REUTERS
ELECCIONES ANTICIPADAS

La ultraderecha resurge con fuerza en los comicios legislativos de Austria tras castigar a los grandes partidos

Entre los dos partidos que representan el radicalismo suman alrededor del 30% de apoyo popular, según los datos provisionales

VIENA/BERLÍN Actualizado: Guardar
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Domingo plenamente electoral en Europa, con comicios legislativos en Austria, Bielorrusia y la región alemana de Baviera. Y si el país del este, quizá el más cerrado de los ex soviéticos europeos, busca su acercamiento a la UE, uno 'occidental' plenamente consolidado entre los 27 como Austria ha visto resurgir el fantasma de la ultraderecha.

Los socialdemócratas austríacos han logrado mantenerse como el partido más votado en las elecciones generales anticipadas de hoy, pero la extrema derecha ha sido la vencedora virtual, al acaparar entre dos formaciones casi el 30% del apoyo popular.

No obstante, el líder del Partido Socialdemócrata de Austria (SPÖ), Werner Faymann, se ha inclinado por renovar la coalición de Gobierno con el Partido Popular (ÖVP). Precisamente la falta de entendimiento entre ambos ha provocado los comicios de hoy, pese a lo que Faymann insiste: "He dicho que si el Partido Popular cambia su actitud, es posible hacer un muy buen trabajo".

El descontento de los austríacos pasa factura a la coalición

Según los datos provisionales, el SPÖ y el ÖVP han sido los dos partidos más votados, pero han sufrido los peores resultados de sus respectivas andaduras históricas: 29,7% para socialdemócratas, 25,6% para 'populares'. por ciento de los votos respectivamente, los peores resultados de su historia.

De hecho, las dos formaciones ultraderechistas juntas suman más que cualquiera de ambos 'moderados': Heinz Christian Strache, presidente del Partido Liberal Austríaco (FPÖ) y discípulo del líder populista Jörg Haider, ha acaparado el 18% de los sufragios, mientras que el propio Haider casi ha triplicado el apoyo popular hasta el 12%, según el escrutinio provisional de bien entrada la tarde.

El descontento generalizado por una fracasada coalición de los socialdemócratas (SPÖ) con los populares conservadores (ÖVP) en los últimos 18 meses ha pasado factura a estos dos partidos, que se han resentido de manera especial.

En una primera reacción, Haider, la bestia negra para algunos dirigentes europeos hace ocho años, no ha descartado ninguna alianza para formar gobierno, una ardua tarea en vista de la fragmentación parlamentaria, e incluso ha hecho un guiño a Strache para reunificar a sus respectivos partidos.

Los socialdemócratas bajan un 7%

El SPÖ del actual ministro de Infraestructura y posible nuevo jefe del Ejecutivo, Werner Faymann, ha mantenido la primera posición, aunque con una pérdida de casi el 7%. Y se enfrenta a una dura papeleta para formar un Ejecutivo estable, puesto que ha descartado a posibles socios de la derecha radical como Strache.

Ya antes de los comicios, Faymann, actual ministro de Infraestructura, dijo claramente que su opción favorita es una nueva alianza con el "Partido Popular sin Molterer", es decir, sin su actual líder, el vicecanciller y ministro de Finanzas, Wilhelm Molterer, a quien acusó de entorpecer todas las negociaciones.

Por lo que se refiere a Strache, de 39 años, no ha desperdiciado la ocasión para hacer una campaña electoral de tono claramente xenófobo y explorar los instintos más bajos del electorado, buscando parásitos y maleantes reales o imaginarios entre la colonia extranjera de este rico país alpino. De momento, Strache ya ha exigido la jefatura del gobierno, una aspiración que se contradice con la tradicional costumbre de que sea el candidato del partido más votado el que reciba el encargo del presidente de la República para formar un nuevo Ejecutivo, lo que corresponde, en principio, al socialdemócrata Faymann.

La sonrisa de Faymann

Las miradas están puestas en Faymann, un ex concejal del ayuntamiento de Viena y titular de Transporte, Innovación y Tecnología en la recién concluida legislatura, que se ha perfilado por su pronunciado populismo y una permanente sonrisa.

Faymann no ha hecho ascos a aliarse con el periódico sensacionalista de más tirada del país, el Kronen-Zeitung, para sacar partido de la aversión popular contra "los dictados" de la Unión Europea y pedir consultas nacionales sobre temas como el Tratado de Lisboa.

Por cuestiones ideológicas, el líder socialdemócrata ha descartado durante la campaña electoral una coalición con los radicales derechistas de Strache y Haider. Un cambio de esta postura le acarrearía una pérdida de credibilidad que dejaría aún peor parado a un partido que en sus mejores momentos, en la década de los 80 y bajo la presidencia del canciller federal Bruno Kreisky, ostentaba una cómoda mayoría absoluta.