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TRIBUNA

Lidertazgo global para otro mundo

La asamblea plenaria de la ONU abierta el 23 de septiembre para tratar de la muerte por hambre de 925.000 seres humanos en el mundo y el cumplimiento de los Objetivos del Milenio, se ha visto desplazada hacia la crisis financiera internacional, cuyo epicentro se encuentra en el sistema financiero de EE UU, al que ya se le ha inyectado por el conjunto de bancos centrales 900.000 millones de dólares y se añadirán otros 700.000 millones del plan de rescate propuesto por Bush. En total 1,6 veces el PIB de España de 2007 ¿No se le podían añadir 35.000 millones de dólares más, sólo un 2,18 % del 1,6 billón de dólares y acabar con el hambre en el mundo? La ONU tiene valorado que con ese 2,18 % de lo que ya se ha dado, más lo que se va a añadir parar salvar a los 1.175 financieros que pertenecen a los consejos de administración de los bancos de inversión y sociedades de capital de riesgo se acabaría con el hambre en el mundo, y llegando hasta los 50.000 millones de dólares se tendría financiación para todos los Objetivos del Milenio.

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El presidente francés, Sarkozy, ha pedido un liderazgo global para enfrentar las diversas crisis sistémicas a las que se enfrenta el agonizante sistema capitalista. ¿Liderazgo global para qué? ¿Tenemos un plan de futuro hacia donde queremos caminar? ¿Sabemos cuál es la plataforma necesaria desde la que la humanidad pueda avanzar recuperando el equilibrio y la armonía entre la naturaleza, sociedad e individuo? ¿Tenemos una visión global que relacione las diferentes crisis que padecemos y sus vínculos, donde todos tengan su espacio, las normas sean claras y comunes, y se nos ofrezca la esperanza posible para actuar con un mínimo de eficacia? Hay que tener un referente hacia donde ir y trabajar para que la ciudadanía visualice la sociedad que se quiere construir.

El economista Paul Krugman, del equipo asesor del candidato demócrata Obama, nos advierte del tremendo poder que se pondrá en las manos del ministro de Hacienda Paulson sin control político alguno, y que de este poder discrecional dependerá quién se salva y gana en la crisis y quién desaparecerá en ella. El conflicto abierto entre los militaristas que gastan y amplían el déficit y los financieros encabezados por Goldman Sach ha ido agrandándose en los últimos tiempos, de ahí la advertencia y oposición a este plan hechas el 25 de septiembre por George Soros.

En LA VOZ del 27 de Abril de 2006, en plena euforia de crecimiento económico y especulativo, publiqué una tribuna de opinión titulada Tsunami en la economía internacional en la que advertía de tres acontecimientos, la crisis de la Organización del Comercio Mundial (OCM), provocada por la emergencia y coordinación de los países del G-20, y, sobre todo, los emergentes China, India, Rusia y Brasil; el vaciamiento del FMI, por la cancelación de prestamos y la negativa de los países emergentes a aceptar sus imposiciones draconianas por intereses políticos de la gran superpotencia; y, por último, las tensiones de cotización del valor del dólar, que llevó al proyecto de una moneda nueva, la Unidad de Cuenta Asiática, para los países de la ASEAN, provocado por la no publicación de los dólares en circulación desde 2005 y la financiación del déficit americano con la emisión de billetes sin respaldo de la economía americana ni de reservas reales en la Reserva Federal. Concluía diciendo: «Hay movimientos telúricos casi invisibles, silenciosos, poco difundidos pero de efecto duradero. Para cuando se dan a conocer, como con los tsunamis, cualquier defensa es tardía».

La crisis de las hipotecas subprime, que aparece en agosto de 2007, no es sino la ruptura del eslabón de la cadena consumista más endeble, por donde aparece y se visualiza una crisis larvada de fuerzas internas del propio sistema, el epicentro del terremoto.

A la OCM se le han pasado todos los plazos y su fracaso es manifiesto y total. El FMI sigue siendo rechazado por los países emergentes y pobres del mundo. El déficit norteamericano ha continuado aumentando en este tiempo, financiado por China (1,7 billones de dólares el 30 de Junio pasado) y el conjunto de países emergentes (4,8 billones), tres veces más que el conjunto de Japón, la UE y EE UU conjuntamente del total de las reservas mundiales de dólares, provocado por los inmensos gastos de la guerra de Irak, a los que se añade ahora la operación de salvamento del sistema financiero norteamericano. La reacción airada del Gobierno alemán hay que entenderla en este contexto.

La propuesta de que el FMI sea el regulador del sistema financiero internacional encontrará el rechazo frontal de los países emergentes y de la ciudadanía mundial, que puede volver a ver como surge un nuevo organismo no democrático, opaco y sin control político.

Ha llegado el momento. Ha terminado el tiempo de los diagnósticos y los debates. Ha llegado la hora de construir el mundo que queremos. El gran desafío de la humanidad es la cohesión social mundial. Y para conseguir esta hay que dejar de crecer sin límites. No es posible ni física ni económicamente. De esta crisis se saldrá, pero cuando se haga habremos salido también del sistema capitalista porque en él no es posible salida alguna. El nuevo sistema tendrá lo mejor de este y lo mejor de su antítesis, el capitalismo de Estado, y no deberá tener lo peor de ninguno de los dos. El año 2009 será un año de cambios e indecisiones. 2010 será el año de las soledades y angustias, de la inestabilidad de los procesos. 2011 será el año del cansancio y del agotamiento de fuerzas. 2012, por fin, será el año del nacimiento de un nuevo mundo, donde se habrá abandonado las antiguas instituciones y surgirán las nuevas, como surge la mariposa del seno de la antigua oruga.