Soldados del ejército tailandés toman posiciones entre manifestantes a favor y en contra del gobierno en el exterior del Palacio de Gobierno en Bangkok, Tailandia. /EFE
grave crisis política

Tailandia declara el estado de excepción por los choques entre opositores y seguidores del Gobierno

La Comisión Electoral recomienda la disolución del partido gubernamental, por considerar que estuvo implicado en la compra de votos en las elecciones

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El primer ministro de Tailandia, Samak Sundaravej, ha decretado el estado de excepción en Bangkok tras la batalla campal de anoche entre opositores y seguidores del Gobierno que dejó al menos un muerto y unos 40 heridos, dos de ellos por impacto de bala. Ante la batalla campal, Sundaravej ha ordenado al Ejército restablecer el orden en las calles, el primer frente de una batalla que tendrá que librar también en los tribunales para evitar la disolución del partido gobernante.

Horas después de esta declaración, la Comisión Electoral de Tailandia ha recomendado al Tribunal Constitucional la disolución del partido encabezado por Sundaravej, por considerar que el Partido del Poder del Pueblo (PPP) estuvo implicado en la compra de votos durante las elecciones legislativas celebradas el pasado diciembre.

Tras reunirse con la cúpula militar, Sundaravej ha encargado al jefe del Ejército, general Anupong Paochinda, que aplique la medida de emergencia, que se mantendrá durante "varios días". Paochinda ha afirmado haber consultado con "todas las partes" y ha dicho que la medida de emergencia será retirada "cuando se resuelvan los problemas". Además, ha querido dejar claro que no dará un golpe de Estado y que la actual crisis política será resuelta "por medios legales y democráticos". "La puerta para el empleo de la violencia está cerrada".

Medidas de emergencia

El estado de excepción permite a los soldados emplear la fuerza, bloquear carreteras, evacuar edificios y censurar a los medios de comunicación. También prohíbe las reuniones públicas de más de cinco personas y autoriza a las fuerzas de seguridad a detener sin cargos a sospechosos de rebelión durante un período máximo de 30 días.

Los soldados tienen ahora la potestad para desalojar a personas de cualquier lugar, en aparente alusión a los miles de manifestantes de la antigubernamental Alianza del Pueblo para la Democracia (PAD), que desde hace una semana ocupan la sede del Gobierno en Bangkok. Sundaravej indicó que también serán dispersados los activistas que se hallan en los aledaños del palacio.

Se mantiene el desafío del os opositores

El líder de los manifestantes es Chamlong Srimuang, ex general y antiguo gobernador de Bangkok, y ya lideró en 1992 las multitudinarias protestas contra el entonces régimen militar, que en aquella ocasión se saldaron con la muerte de medio centenar de manifestantes por disparos de los soldados.

Esta mañana, los manifestantes de la alianza opositora mantienen el desafío al estado de excepción y han bloqueado los accesos a los aeropuertos de Krabi, Hat Yai y Surat Thani, al sur del país y mayores destinos turísticos de Tailandia. Krabi y Hat Yai, además del de la turística isla de Phuket, ya fueron cerrados al tráfico aéreo el pasado viernes después de que los manifestantes bloquearan los accesos a las respectivas terminales.

Además, entre 5.000 y 8.000 personas de la PAD se encuentran actualmente en el recinto de la sede del Ejecutivo y no cesa de llegar más gente, hay incluso familias con niños.

El jefe de las Fuerzas Armadas, general Boonsang Niampradit, ha afirmado que el estado de excepción ayudará a resolver la disputa política entre el Ejecutivo y la oposición. Según el militar, es difícil que la situación se torne fuera de control, pero de ser así, espera que la actitud de todas las partes impida un desenlace sangriento como los que tuvieron otras protestas antigubernamentales en 1973, 1976 y 1992, que causaron cientos de víctimas mortales.

La Comisión Electoral recomienda la disolución del partido del Gobierno

Para complicar más las cosas, a las pocas horas de declararse el estado de excepción, la Comisión Electoral ha recomendado al Tribunal Constitucional la disolución del Partido del Poder Popular (PPP), encabezado por Sundaravej.

Las autoridades electorales tailandesas consideran que el PPP estuvo implicado en la compra de votos durante las elecciones legislativas celebradas el pasado diciembre, en las que venció la fuerza integrada por seguidores del ex mandatario Thaksin Shinawatra, depuesto por un golpe de Estado incruento en septiembre de 2006.

Siete meses después de tomar posesión del cargo, el primer ministro, un veterano político ultraderechista de 73 años, no ha vivido ni un día de descanso. Las protestas callejeras en Tailandia comenzaron el pasado mayo, cuando los seguidores del PAD acamparon y montaron un campamento con su escenario frente al edificio de Naciones Unidas, para denunciar al Ejecutivo, que tachan de corrupto, desleal a la Corona y ser un títere al servicio de Shinawatra.

Apoyada por la elite conservadora y sectores del Ejército, la oposición explota la propaganda monárquica y nacionalista para ganarse la simpatía del pueblo y pretende que el rey designe un gabinete de transición, como ha sucedido en otras momentos de grave inestabilidad política en el país.