EN CASA. Pilar Sanjuan, en su habitación. / VÍCTOR LÓPEZ
Ciudadanos

«Quería intimidad y busqué una privada»

Pilar Sanjuan tuvo que esperar nueve meses para entrar en una residencia que no pertenecía a la Junta

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Continúa conservando el acento navarro de su niñez en Santander allá por los años treinta, pero se sabe gaditana de nacimiento y de corazón. Pilar Sanjuan se estableció definitivamente en la capital hace dos años cuando murieron dos de sus hermanos. El peso de los años y el no disponer de una vivienda propia en Cádiz la hicieron buscar una residencia de ancianos, la que se iba a convertir en su hogar desde ese momento, pero encontrarla no era tarea fácil. «Estaba buscando una habitación individual para tener intimidad», reconoce.

Pilar intentó entrar en un centro público, pero por su pensión y su nivel económico era complicado conseguir una plaza. Pocos geriátricos de la Junta disponen de habitaciones individuales y el horario es más estricto. Aún así, Pilar sabe que las plazas públicas en la provincia son escasas y «estaba segura de que no sería feliz solo con pensar que le puediera quitar el sitio a otra persona con menos recursos», asegura.

Las condiciones de las residencias de Adema y su ubicación en pleno centro la convencieron. «Cuando me enseñaron la habitación no busqué más y esperé hasta nueve meses para tener una plaza». Su vida es tranquila. Ayuda a las auxiliares en la cocina y a servir la mesa. «Lo hago porque lo he hecho siempre y me hace sentir activa». A sus 85 años conserva aún una gran vitalidad y una memoria inmejorable.

Se licenció en comercio, una de las pocas mujeres que hacía una carrera en aquella época y desde joven se planteó ser religiosa, pero dejó a un lado su vocación para cuidar de su madre y después de sus hermanos. «Ahora me cuido yo y quedo con mis amistades», asegura. «Cuando digo que vivo en una residencia la gente se sorprende y me pregunta si estoy bien», reconoce. Pilar dice no entender por qué están tan estigmatizados los geriátricos. «Cada vez es más normal que los mayores vivamos en residencias y no todas son iguales».

Para esta gaditana es importante tener su independencia y una plaza se la garantiza. Aún así, muchos ancianos se sienten abandonados en los centros de mayores, a pesar de recibir las visitas de sus familiares.