Kokoiti (dcha) y Bagapsh (izq). / AFP
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Las expectativas de alcanzar una paz duradera se alejan de Georgia

Osetia del Sur y Abjasia insisten en el secesionismo con el apoyo de Moscú La Fiscalía rusa investiga si hubo casos de genocidio en ambas provincias

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Las autoridades rusas y sus protegidos, los líderes separatistas de Osetia del Sur y Abjasia, han puesto los puntos sobre las íes y la verdad es que no queda mucho margen para el «debate internacional sobre las modalidades de seguridad y estabilidad» a las que se refiere el punto seis del acuerdo de paz alcanzado el pasado martes en Moscú con la mediación del presidente francés, Nicolas Sarkozy. Tampoco queda terreno para crear condiciones que excluyan completamente un nuevo conflicto armado, a menos que Georgia claudique y se «olvide» para siempre de esas dos provincias que formaron parte de su territorio.

Y es que Rusia, Osetia del Sur y Abjasia actúan con mentalidad de vencedores. Ayer se reunió en el Kremlin el presidente ruso, Dmitri Medvédev, con los líderes de los dos enclaves, Eduard Kokoiti y Serguéi Bagapsh, y no ofrecieron absolutamente nada alternativo a lo que Tiflis se pueda agarrar, salvo la capitulación.

Consideran ilusorio que Georgia pueda restablecer su integridad territorial, no piensan admitir más fuerzas de paz que las rusas, exigen que la cúpula georgiana responda por «genocidio» y no se proponen, por ahora, retirar las tropas rusas que entraron en Osetia del Sur la semana pasada. Hablaron de «independencia» para las dos regiones secesionistas y de crear «zonas de seguridad» en el mismo suelo georgiano.

Las tropas rusas se han dedicado estos días a destruir todas las instalaciones militares georgianas en Gori, ciudad situada a las puertas de Osetia del Sur y a tiro de piedra de Tiflis, y ayer comenzaron a hacer lo mismo en Zugdidi, junto a la frontera con Abjasia.

Casos de genocidio

Bagapsh dijo que no habrá ninguna conversación con Georgia y Kokoiti que no quiere ver un sólo observador en Osetia del Sur que no sea ruso, deseo que contradice las promesas hechas por el ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov.

Lo más sorprendente es que, en este contexto, el máximo dirigente ruso pretende que Georgia acepte la firma de un pacto vinculante de no agresión con sus dos distritos rebeldes. Kokoiti y Bagapsh rubricaron ayer, en presencia de Medvédev y Lavrov, el plan de paz de la UE, aceptado ya por Rusia y Georgia. El presidente ruso les dijo que Moscú «apoyará cualquier decisión que tomen los pueblos de Osetia del Sur y Abjasia» en relación con su estatus. La palabra que ambos pronunciaron en la reunicón fue «independencia».

La Fiscalía General de Rusia abrió ayer un expediente criminal por genocidio, tras interrogar a los prisioneros georgianos. A Tsjinvali, la capital de Osetia del Sur, se han trasladado un centenar de expertos rusos para recoger pruebas y documentar la acusación. El presidente surosetio cree que Estados Unidos y algunos países europeos «tienen que responder también por las muertes habidas en Osetia del Sur», por vender armas a Georgia y «alentar» al presidente Mijaíl Saakashvili para que lanzara el ataque.