COMPARECENCIA. El presidente del Gobierno explica en La Moncloa las medidas adoptadas en el Consejo de Ministros extraordinario de ayer. / EFE
ESPAÑA

Zapatero desdramatiza la crisis y confía en tener una legislatura «fecunda»

Augura que sacará adelante los Presupuestos y la economía mejorará «en un tiempo razonable» pese a los pronósticos del PP

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José Luis Rodríguez Zapatero restó ayer trascendencia al impacto de la crisis económica y a las dificultades gubernamentales para encontrar aliados parlamentarios en estos primeros compases de su segundo mandato. Admitió que España atraviesa «una situación de estancamiento, de frenazo económico», pero que no es comparable con las dificultades que padecen otros países de la Unión Europea. También minimizó la soledad política del Gobierno y se mostró convencido de que volverá a contar con aliados parlamentarios para tener una legislatura tan «fecunda» como la anterior.

El jefe del Ejecutivo utilizó una estrategia similar a la que puso en práctica en el congreso del PSOE que le aupó al liderazgo del partido en 2000 y en el que arengó a los socialistas con un optimista «no estamos tan mal». Ayer vino a decir lo mismo: la economía española «resiste mejor» que los países de la 'eurozona' los embates de la crisis, palabra que no mencionó. Recurrió a eufemismos como retraimiento, dificultades, frenazo o estancamiento, pero nunca crisis, porque cree que admitir su existencia tiene un efecto desmoralizante entre los ciudadanos.

Rodríguez Zapatero, tras la reunión extraordinaria del Consejo de Ministros que aprobó un amplio paquete de medidas económicas, aventuró que habrá una recuperación «en un tiempo razonable», si bien no se arriesgó a dar fechas concretas. El Gobierno cree que en el segundo semestre de 2009 se producirá un cambio de tendencia y que en 2010 volverán las tasas de crecimiento económico en torno al 3%. El jefe del Ejecutivo aprovechó para pasar factura a los pronósticos agoreros de la oposición sobre la entrada en una recesión porque, «pese a lo que algunos dijeron», España no ha tenido «decrecimiento» económico, a diferencia de países más desarrollados como Alemania, Francia o Italia.

Garantizó que, con su gabinete, va a «trabajar duramente para no entrar en crecimiento negativo» y se mostró convencido de tener serias posibilidades de éxito en la tarea puesto que España está en «mejores condiciones» que otros países para salir del atolladero porque se hicieron los deberes en la legislatura pasada. Una mejor situación de partida porque, recordó, «venimos de un superávit del 2,5% del PIB, 25.000 millones de euros», «margen suficiente» para encarar la crisis.

Rodríguez Zapatero negó con énfasis que el Gobierno haya actuado con falta de reflejos o que haya ignorado la realidad económica. «Hemos tomado medidas desde el primer día de la legislatura y hemos actuado en todos los frentes», sostuvo con energía en respuesta a las críticas del PP.

Condiciones

El presidente del Gobierno aplicó el mismo análisis desdramatizador a la soledad parlamentaria del PSOE. Indicó que los traspiés sufridos en el primer periodo de sesiones de las Cortes no van a ser la tónica de este mandato ya que «hay condiciones para sumar una mayoría y tener una legislatura fecunda», como, a su juicio, lo fue la anterior.

Los socialistas no tienen un acuerdo estable con ningún grupo parlamentario, a diferencia del pasado cuatrienio, pero Rodríguez Zapatero considera que los grupos que comparten el mantener el gasto social pese a las dificultades económicas o preservar el esfuerzo inversor en infraestructuras no van a poder explicar que no apoyan al Gobierno por razones de cálculo electoral. No citó a ninguna fuerza en concreto, pero se refería a los nacionalistas catalanes y vascos, así como a IU.

Señaló que cuenta con ellos para aprobar los proyectos «importantes» de su Gobierno. Los Presupuestos para 2009 se empiezan a negociar a la vuelta del verano y el Ejecutivo, por ahora, no cuenta con apoyo alguno por diferentes razones: en el caso de CiU responde a la financiación autonómica y, en el caso del PNV, al enfrentamiento que ha suscitado la consulta popular que impulsa el 'lehendakari' Juan José Ibarretxe.

Rodríguez Zapatero considera que estas controversias deben dirimirse en sus respectivos ámbitos y no tienen por qué mezclarse. «Son planos completamente distintos», manifestó con la convicción de que los socialistas, «con diálogo», podrán alcanzar acuerdos con otras fuerzas aunque haya terrenos en los que pervivan las diferencias.