ABIERTO. Varios vehículos estrenaban el desvío ayer. / F. JIMÉNEZ
Ciudadanos

El desvío del Río San Pedro obliga a los conductores a circular con más precaución

El desvío provisional de la carretera entre Puerto Real y Cádiz abrió ayer dos de sus tres carriles -aquellos que se dirigen a la capital- sin apenas incidentes, a pesar del curvilíneo diseño con el que se ha trazado, que obliga a los conductores a reducir bruscamente la velocidad para tomarlo. El desvío recorre un tramo de la carretera por uno de sus laterales y para introducirse en él de manera prudente, los vehículos deben reducir su velocidad de 100 kilómetros por hora (permitidos hasta este tramo), a poco más de 40 kilómetros por hora, en apenas unos cientos de metros. Para evitar accidentes, se han dispuesto a lo largo de la carretera numerosas señales de advertencia y obligación a reducir, así como bandas sonoras sobre el firme para advertir a los conductores que sean prudentes.

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Con el nuevo desvío también se ha visto modificada la incorporación a la carretera desde la barriada puertorrealeña del Río San Pedro. En este caso, se ha desplazado el ceda el paso, mejorando con ello la visibilidad y las condiciones de acceso para los vehículos que quieren entrar en la carretera.

Con el desvío se da un paso más en el avance de las obras de ampliación del nudo del Río San Pedro, que comenzaron hace un año y medio. El proyecto contempla crear una rotonda que conectará la barriada puertorrealeña con los polígonos industriales del Trocadero y del Río San Pedro, y a su vez con la carretera N-443.

Además, se construirá un viaducto que sobrepasará esta glorieta de enlace y que sustituirá al paso elevado actual, ampliando los tres carriles a cuatro (dos por cada sentido). Las obras tienen un plazo de ejecución de ocho meses, y se trabaja en ellas día y noche, de sábados a domingo.