La rusa Paderina (izquierda) y la georgiana Salukvadze, en el podio. /EFE
Natalia Paderina y Nino Salukvadze

El abrazo en el podio entre una rusa y una georgiana escenifica lo que sus países no consiguen

Las ironías de la vida han querido que dos competidoras de tiro hayan protagonizado el gesto de la jornada, o de los Juegos

MADRID Actualizado: Guardar
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Natalia Paderina y Nino Salukvadze son dos mujeres. No cualesquiera, sino tiradoras de categoría olímpica. Y buenas. Para más señas, han coincidido en el podio de la prueba femenina de tiro con pistola de aire a 10 metros: plata para Natalia, bronce para Nino, ambas por detrás de la china Wenjun Guo.

En principio, una historia habitual en los Juegos, pero hay mucho más. Mientras sus países combaten a muerte en el Cáucaso, ellas dos se han dado un abrazo ante Pekín y el mundo, cada una con su bandera: Natalia con la de Rusia, Nino con la de Georgia. Ironías de la vida, dos mujeres armadas con pistolas escenifican lo que ni sus países, ni la ONU, han sido aún capaces de realizar.

Terminada la ceremonia de entrega de medallas, enlazaron sus brazos para posar frente a los fotógrafos en una imagen de amistad e intercambiaron besos, un día después de que la delegación georgiana, de 35 miembros, considerase la posibilidad de abandonar los Juegos, posteriormente descartada.

"Es una medalla muy importante para Georgia, especialmente en tiempos como estos. Estoy muy nerviosa hoy. Son horas difíciles para nuestra gente", ha señalado Salukvadze. El Comité Olímpico Internacional aplaude la decisión de su delegación georgiana.