«La separación de Mártires del Compás es para siempre»

Tras su polémica separación de Mártires del Compás, Chico Ocaña (San Roque, 1957) presenta su primer disco en solitario en Cádiz. El artista, que define el cambio como un paso «coherente» en su vida, regresa más «billy» que nunca, con un trabajo que refleja la evolución vital que ha experimentado estos meses. Esta noche será David contra el Goliath del concierto gratuito de La Quinta Estación en La Victoria y espera encontrarse con sus incondicionales en su actuación de esta noche en el Baluarte de la Candelaria. y no es la primera vez que le gana a un gigante: el mismo día que el Cádiz subió a primera llenó el Castillo de Santa Catalina.

-¿Qué va a ofrecer hoy a los gaditanos?

-Voy a presentar mi primer disco en solitario, que todavía no está grabado por completo. Actúo con nuevos músicos y vuelvo con más fuerza a la onda de mis principios: más cuerda, reggae, funky, salsa, jazz y rock and roll. Pero sobre todo, le he dado más importancia al texto y a mi voz, que a la parte instrumental.

-El título de este trabajo es Canciones de mesa camilla, pero sus letras no suelen ser precisamente muy relajadas...

-No, ese título tiene otro fondo. Se trata de una mesa camilla en la carretera o en el hospital. Durante este tiempo me han pasado muchas cosas que me han cambiado, sobre todo, la muerte de un familiar muy querido en la carretera y el nacimiento de mi hija.

-Profesionalmente también le han ocurrido cosas... ¿cómo ha afrontado la ruptura con los Mártires del Compás?

-Todas las rupturas son frustrantes, como la de los matrimonios, pero me quedan seis hijos en forma de disco con ellos, más de cien canciones y cientos de viajes juntos. Estoy muy orgulloso de haber hecho algo diferente en la música española.

-Pero, después de quince años, ¿que ha pasado?

-Ya me pasó con Kiko Veneno y al igual que con él, no quiero entrar en polémicas. El creador de Mártires del Compás soy yo y no voy a meterme con mi obra, ¿no?

-Sin embargo, sus ex-compañeros sí han hablado de usted...

-Eso es agua que ya no mueve mi molino. No quiero darles publicidad. Lo que sé es que no fue por dinero, ni porque yo no quisiera seguir con ellos. Mi idea era la de hacer otro disco. El tiempo pondrá a todos en el lugar que merezcan. Y el que quiera cantar que componga sus propias canciones.

-Entonces, es definitivo.

-Sí, cuando rompimos supe que era para siempre. Eso se intuye después de doce años de convivencia. Desde entonces no ha habido ningún tipo de acercamiento. Para ellos el nombre, porque jamás han escrito ni una coma de mis letras. Sin acritud, ¿eh? Digo con la boca llena que les deseo lo mejor.

-Si ya no es un mártir, ¿cómo se considera ahora?

-Yo hablo haciendo canciones y tengo para hacer catorce discos. Así que sigo siendo un mártir del compás y lo seguiré siendo, a no ser que me entre el alzheimer juvenil como a Adolfo Suárez.

-Y esas canciones, ¿son una denuncia?

-Yo no denuncio, eso sería decir las cosas a los que las pueden cambiar. Yo hablo de los pisos de treinta metros o de la inmigración tal como yo lo veo. No es panfletario. Soy como un periódico cantao, me gusta dar noticias y que los demás hablen y reflexionen.

-Considera entonces que su música es independiente.

-Yo me considero independiente hasta de mí mismo, porque soy mellizo. Tuve que aprender a ser yo mismo y eso me favoreció para buscarme la vida.

-Hoy compite con otros artistas más comerciales. ¿Qué espera encontrar en el Baluarte de la Candelaria?

- Me voy a encontrar con un grupo de amigos. Algunos vendrán porque conocen la trayectoria de Mártires del Compás y otros para ver cómo lo hago solo. Voy a cantar igual con diez que con quinientos.