133 DECIBELIOS. Miles de personas se dieron cita en la Plaza Consistorial donde se prendió mecha del celebérrimo chupinazo. / AP
Sociedad

Pamplona se entrega a San Fermín

La muerte de un extranjero ensombrece las primeras horas de la fiesta

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Un cohete de 20 gramos de peso que estalló a las 12 en punto en el cielo de Pamplona desató, un año más, la alegría desbordante de vecinos y visitantes de la ciudad que ya vive los Sanfermines. La nota luctuosa tuvo como protagonista a un hombre de nacionalidad extranjera falleció sobre las dos de la tarde al caer desde la zona alta de la Muralla del Redín al Portal de Francia. El fallecido no portaba documentación, por lo que la Policía investiga su identidad y las causas del suceso.

La concejal y diputada de Nafarroa Bai Uxue Barkos, pamplonesa de 44 años, periodista de profesión, se atuvo a lo acostumbrado a la hora de prender la mecha del cohete anunciador y a mediodía se dirigió a las más de 12.000 personas que abarrotaban la Plaza Consistorial con la fórmula tradicional, en castellano y euskera: «¿Pamplonesas, pamploneses, viva San Fermín!; ¿iruindarrok, gora San Fermín!». Con pulso firme y apariencia serena, Barkos prendió la mecha de ese primer cohete. En ese instante, con un volumen de 133 decibelios, -sonido equivalente al despegue de un avión a reacción- las miles de personas que abarrotaban la plaza Consistorial y las calles que allí desembocan, se anudaron al cuello los pañuelos de color rojo en medio de una algarabía indescriptible.

La explosión de la fiesta también se dejó notar en otros escenarios de la ciudad, como la cercana plaza del Castillo, de dimensiones mayores, y también llena de un público menos «intrépido», pero igual de deseoso de celebrar el inicio de los sanfermines de 2008.

Por delante ocho días y medio de fiesta total, noche y día, con una enorme afluencia de visitantes, este año sobre todo al principio de la fiesta y en la recta final, coincidiendo con los fines de semana.