Un atentado desata el caos en el primer aniversario del asalto a la Mezquita Roja

La Mezquita Roja se convirtió de nuevo en un sangriento escenario durante la celebración del asalto del Ejército al edificio hace un año. Al menos 19 personas, nueve de ellas policías, murieron ayer y otras 40 resultaron heridas en un ataque suicida, en el centro de Islamabad, informó una fuente policial. El atentado tuvo lugar en una calle del Melody Market, en las cercanías del templo en el que estaban congregados cientos de estudiantes que participaban en una conferencia con motivo del primer aniversario de la embestida a esa mezquita, que costó la vida al menos a cien personas.

El ataque de ayer, al parecer, iba dirigido contra una comisaría de policía situada muy cerca de la Mezquita Roja, un centro islamista que apoya el régimen talibán de Afganistán y se opone a la política de apoyo a EE UU del presidente Musharraf. En el lugar del suceso se podían ver pedazos de cuerpos, charcos de sangre y gorras policiales.

Policías

Un importante funcionario del Ministerio del Interior pakistaní, Rehman Malik, explicó que el atacante era un hombre de poco más de 30 años con una pequeña barba. «Encontramos la parte superior de su cuerpo». El suicida aprovechó para inmolarse justo cuando empezó el acto de la conmemoración, a la que asistieron muchos alumnos de la escuela coránica colindante con la Mezquita.

Precisamente, los fuertes enfrentamientos entre los estudiantes radicales y las fuerzas del Gobierno desataron en julio de 2007 el conflicto que condujo hasta el asalto armado. La operación militar, que vino después de que la Mezquita estuviera sitiada por el Ejército durante varios días, se saldó con cien muertos. Pero una fuente de los servicios secretos paquistaníes elevó el número de víctimas a más de 300.

En el atentado de ayer los más perjudicados fueron los policías. «Hemos recogido más de 10 cadáveres y hay muchos heridos, la mayoría agentes. Nuestros hombres eran el objetivo principal», explicó el oficial de la policía Kamra Adil.

La cifra de fallecidos aún no está cerrada, ya que puede aumentar debido al gran número de heridos, que fueron trasladados a hospitales cercanos. Las fuerzas de seguridad han acordonado la zona y las autoridades han decretado la alerta máxima en la capital paquistaní.

El primer ministro paquistaní, Yusuf Razá Guilani, ha condenado el atentado y ha asegurado que los responsables serán llevados ante los tribunales. Una fuente del Ministerio del Interior dijo que se trata de un ataque contra las fuerzas de seguridad y calificó el hecho de «preocupante», ya que hacía muchos meses que la Policía no era blanco de atentados.

Foco integrista

La Lal Masjid (Mezquita Roja) situada en el corazón de Islamabad, se convirtió a principios del año pasado en un foco integrista y su principal clérigo, Abdul Aziz, amenazaba con atentados suicidas en sus sermones si no se imponía en el país la ley islámica (sharia).

Tras varios intentos de negociación infructuosos, el presidente paquistaní, Pervez Musharraf, ordenó el despliegue de tropas y paramilitares alrededor del templo en verano pasado. Tras varios días sitiada, el 10 de julio se inició el asalto militar del templo en el que unas 100 personas perdieron la vida, según cifras oficiales.

El asalto a la mezquita desató la ira de los extremistas que iniciaron una campaña de atentados contra las fuerzas de seguridad paquistaníes en distintos puntos del país, entre ellos Islamabad, pero que fue especialmente sangrienta en el cinturón tribal, cerca de la frontera con Afganistán.

La operación fue criticada por la alianza islamista Muttahida Majilis-e-Ama (MMA), que responsabilizó a Musharraf, del fracaso de las negociaciones. A esa crítica se sumó, la Comisión de Derechos Humanos de Pakistán (HCRP), una organización independiente..