En la imagen, Simon Mann tras escuchar su condena. /AP
a 34 años de cárcel

Condenan a un mercenario británico por su implicación en un golpe de estado frustado en Guinea Ecuatorial

El tribunal condena también a Simon Mann a pagar una multa de 150.000 euros aunque su abogado recurrirá la sentencia

MALABO Actualizado: Guardar
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El Tribunal de Apelación de Malabo ha condenado a 34 años y cuatro meses de cárcel al mercenario sudafricano de origen británico Simon Mann, acusado de intento de golpe de Estado y de tratar de acabar con la vida del presidente del país, Teodoro Obiang Nguema.

El abogado de Mann, José Pablo Nvo, ha asegurado que el tribunal le condena también a pagar una multa de 150.000 euros, al tiempo que ha apuntado que recurrirá el fallo. "La sentencia es incongruente. El fiscal solicitaba para mi defendido 31 años y ocho meses de cárcel y, sin embargo, el Tribunal le condena a una pena superior a la pedida por el fiscal. No tiene sentido y vamos a recurrir", ha explicado.

Por otra parte, el hombre de negocios libanés Mohamed Salaami, residente en Guinea Ecuatorial desde el año 2000 y acusado, al igual que Simon Mann, de intento de homicidio contra el jefe del Estado, ha sido condenado a 18 años y tres meses de prisión, y a una multa de 150.000 euros, así como a 20 años de prohibición de estancia en el país, una vez cumplida la pena. El fiscal había solicitado para él veinte años de prisión. Mann y Salaami han sido condenados también a pagar por daños al Estado 30 millones de euros.

También fueron condenados a seis años de cárcel los ecuatoguineanos Emilio Eson Micha, Gerardo Angüe Mangue, Gumersindo Ramírez, Faustino y Juan Ekomo Ndong, y a un año Bonifacio Nguema Ndong, todos ellos militantes del ilegalizado Partido del Progreso (PP), que lidera Severo Moto.

Indiscreción antes de la intentona golpista

Mann fue detenido el 7 marzo de 2004 en el aeropuerto internacional de Harare, donde acudió a recibir a un grupo de hombres que llegaban en avión desde Sudáfrica para hacer una escala y que tenían como destino final Guinea Ecuatorial.

El 9 de marzo de 2004, las autoridades de Malabo informaron de la detención de un grupo de mercenarios compuesto por unas 60 personas que estaba coordinado con el grupo inmovilizado en Harare, con la finalidad de participar en una intentona golpista. El grupo había hecho una parada en Zimbabue camino de Guinea Ecuatorial, donde al parecer planeaba derrocar al presidente Teodoro Obiang Nguema.

Según declararon algunos testigos en los juicios que se llevaron a cabo en Pretoria por esta actividad, prohibida por las leyes de Sudáfrica, los mercenarios pecaron de indiscreción en las fechas previas a la intentona. Los comentarios que hicieron algunos de los miembros del grupo en Johannesburgo permitieron que los servicios de información les siguieran la pista y desbarataran el golpe cuando llegaron a Zimbabue.

A cuerpo de rey en la cárcel

En Harare, el 10 septiembre de 2004, Mann fue condenado a cuatro años de prisión por violar las leyes de seguridad de Zimbabue, aunque la condena fue reducida posteriormente. Fue el último en salir de la cárcel de Zimbabue, mientras el resto de los miembros del grupo que fueron puestos en libertad meses antes y en su mayoría regresaron a Sudáfrica.

El mercenario, un antiguo miembro del SAS, la unidad de elite de las fuerzas especiales británicas, se libró de los delitos de "terrorismo y tenencia de explosivos" ya que, según el Fiscal General de Estado, José Olo, los mismos no se cometieron en territorio ecuatoguineano.

El uno de febrero de 2008 fue deportado a Guinea Ecuatorial, donde un tribunal le ha condenado hoy a 34 años de cárcel, dos más de los que pedía el fiscal. Sin embargo, y según informó recientemente el diario The Times, Simon Mann vive a "cuerpo de rey" en la cárcel. El rotativo asegura que tiene celda propia, una máquina para hacer ejercicio físico, libros y revistas; también, llama con frecuencia a su casa y la comida y el vino para el reo se la proporciona el hotel Paraíso, propiedad del ministro de Seguridad, Nguema Mba.