El final de un profundo agujero negro
La selección de fútbol se une a la extensa lista de equipos y deportistas individuales que brillan en los últimos tiempos
Actualizado: GuardarLo dijo Íker Casillas con ese brote espontáneo tan suyo. «Nos hemos quitado un peso de encima». Acababa de parar dos penaltis a Italia, activado el pase de España a las semifinales y borrado de un plumazo la losa histórica que pesaba sobre el fútbol patrio: los cuartos de final en cualquier gran torneo. El triunfo en la Eurocopa es el final del agujero negro, esa masa espacial que provocaba un nefasto campo de gravedad. La selección de fútbol ya está a la altura del deporte español.
La cuestión flotó en los festejos de Colón, en el subconsciente de los jugadores. «Somos los mejores en Fórmula 1, en tenis, en fútbol. Los mejoreeees...», gritó Villa desde es el escenario de Reina. El pichichi del Europeo pertenece a un grupo de gente que ha ganado Ligas de Campeones, Ligas españolas, Copas del Rey, Copas de la UEFA, pero nunca nada con la selección. Hasta el domingo.
Los deportes de equipo españoles se han unido a la corriente desde hace tiempo. A la senda de Fernando Alonso, Pau Gasol, Rafa Nadal o Alberto Contador, genios que evocan triunfos individuales, aunque en el caso de Gasol es todo lo contrario.
La selección de baloncesto salió de esa semi-clandestinidad a la que estaba recluida desde los Juegos de Los Ángeles 84 gracias a la quinta de Gasol, el grupo de juniors de oro que conquistó un Europeo en Portugal. Con el empuje del líder NBA, el equipo de Pepu Hernández provocó un maremoto en España con el título mundial de Japón 2006. El modelo tuvo continuidad en el campeonato de Europa celebrado en España el verano pasado. Una plata a disgusto, por ese tiro final fallado por Gasol ante Rusia. Sin oro, pero instalados entre los mejores.
El equipo de fútbol sala ha destronado a Brasil como único referente de este deporte. Sus éxitos lo certifican: dos Mundiales (2000 y 2004) y cinco Eurocopas (96, 01, 05, 07 y 08).
La tradicional hegemonía ibérica del hockey sobre patines, en competencia con los portugueses, dejó en las vitrinas en 2006 el cuarto título europeo consecutivo.
El balonmano ha proporcionado grandes satisfacciones al deporte español en los últimos tiempos, aunque no tanto en los europeos por selecciones. España fue séptima en el último, subcampeona en 2006, décima en 2004 y séptima en 2002.
La penúltima adquisición para esta nómina de triunfadores, a la que se incorpora el fútbol, fue el voleibol. Un deporte minoritario que, de la mano del incombustible Rafael Pascual, se proclamó campeón continental en el Europeo celebrado en Rusia en 2007, justo el mismo día que Gasol fallaba el tiro ante los rusos.
