HUMOR. Los Pimpis organizan sus inéditas rutas los fines de semana en dos sesiones. / VÍCTOR LÓPEZ
Cultura

Aquellos chicos duros antiguos

Los Pimpis salen a la calle en busca de turistas a los que guiar entre los encantos de Cádiz a través de las coplas de Carnaval

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«Quillo, vámono que nos vamo». Nada de «buenos días señores y señoras nos encontramos en Cá-diz, una de las ciudades más antiguas de Europa...» y 300 datos más que un guía turístico ha memorizado sobre la Tacita de Plata para repetir como un papagayo ante los ojos atónitos de un pelotón de turistas que, cámara en mano, no paran de inmortalizar mil y una estampas.

Cádiz se enseña de otra manera. Se muestra como hace cerca de cuatro siglos lo hacía el embaucador y seductor Pimpi. Ese buscavidas pintón que apostado en el quicio de alguna calle o en el puerto acechaba a su presa que no era otra que algún turista. Ellos se encargaban de llevarlos por dos duros a los rincones más emblemáticos de su vieja ciudad.

Una figura perdida

La idea de recuperar esta figura ha sido de Juanlu Cascana que ante la falta de alternativas a las tradicionales rutas turísticas ha decidido marcar el paso a los guiris a ritmo de tanguillos, cuplés y pasodobles. Quizás la idea le surgió en los paseos con Viggo Mortensen con el que compartió escena en la gran pantalla y, cuentan, que también alguna visita a la capital en la que este personaje vinculado al mundo del Carnaval ejerció de anfitrión.

El objetivo que se ha marcado es lograr que la gente que visite la ciudad regrese a su tierra sabiendo donde han estado. Hay muchos, señala Juan Vargas -uno de los Pimpis que forman parte del escuadrón-, que después de unos días aquí se van y «no han vivido el tú a tú con el gaditano. Su paso ha sido como ver un libro de postales».

La gracia y el humor impregnan sus explicaciones que dan a los turistas «una idea más cercana de lo que es el sentir gaditano y cómo ellos sienten sus costumbres». La coplas de Carnaval tienen un papel principal en las rutas que realizan por todo el casco antiguo. Cada lugar despierta la inspiración de Jesús, Juan, Juanlu, Moi Botana, Nandi o Faustino algunos de estos artistas que animan su visita con letras, anécdotas verídicas y los acordes de la guitarra.

La primera ruta que proponen es la que parte de la Plaza San Juan de Dios. De ahí parten hacia la Catedral por Pelota donde unos actores enseñaran a los turistas a animar al Cádiz C.F. y cantan el celebérrimo pasodoble dedicado al cadismo. A partir de ahí, por Compañía, Plaza de las Flores, Columela, El Palillero, Novena, Ancha y Plaza de San Antonio. Tomando la calle Veedor acceden al Mentidero donde les espera Paquito, uno de los personaje más conocidos de Cádiz, quien les acompaña hasta el templo del Carnaval gaditano, el Gran Teatro Falla. Aquí una chirigota deleitará a los curiosos turistas con su repertorio. La actuación anuncia que pronto la visita llegará a su fin. Siguiendo por San Rafael y calle La Rosa, del típico barrio de La Viña, alcanzan La Caleta, donde los visitantes se despedirán de los Pimpis como el sol lo hace del día en el agua de este trozo de mar que baña la ciudad.

La Pepa

El recorrido que han preparado para este año tiene mucho que ver con el Bicentenario de Constitución de 1812. La celebración de esta efeméride marcará el paso donde la visita a la Plaza de España y las coplas a La Pepa son ingredientes seguros.

La oferta es suculenta y parece haber encontrado una buena acogida entre los turistas que incluso no dudan en llevarse un recuerdo de la experiencia con los Pimpis. Juan Vargas recuerda que un hombre de Santander le arrebató la gorra a uno de ellos y salió corriendo para asegurarse que nadie le quitara el souvenir.

Es otra forma de conocer Cádiz, novedosa y añadida a otras visitas teatralizadas y guiadas. Otro estilo de mostrar sus costumbres, sus coplas, su gente y su larga historia a través de «un tío del barrio» que deja al visitante la imagen de un verdadero gadita.