AUSENCIA. Dos comerciales de una empresa inmobiliaria esperan, sin éxito, a posibles clientes. / EFE
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Internet se convierte en el mayor escaparate de pujas al mejor postor Procesos de bajo coste y de toda condición

Las dificultades para pagar la hipotecas y el desempleo disparan el negocio de las subastas en la red pero los especialistas avisan que hay que saber buscar

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«He pertenecido a esas mafias de subasteros o círculos cerrados que pujan y se reparten las ganancias». José María Gómez es el responsable de www.subasfot.es, uno de los portales de internet con mayor experiencia en el negocio de las subastas de bienes inmuebles. Canario de adopción y catalán de nacimiento, José María Gómez fue de los primeros hace 12 años en reorientar su profesión y volcarse en la red. «Ahora me copian la página hasta en Argentina», asegura.

Basta con sólo teclear la palabra subasta en internet para que aparezcan de golpe medio centenar de portales dedicados a sacar al mercado los embargos judiciales por impagos de hipotecas o deudas a la Seguridad Social. Gómez reconoce que la crisis económica, la subida de tipos y el desempleo han disparado en el último año los procedimientos de embargos. Reconoce que existen los chollos, «pero hay que saber buscar, pujar e informarse antes de las cargas de la vivienda».

El impago de una letra activa la luz roja. Tras los primeros avisos viene el procedimiento de embargo. En poco menos de un año la vivienda puede estar colgada en la red a un precio de salida que tiene como referencia el valor de la hipoteca o la tasación según los valores catastrales.

Los subasteros han tenido que agudizar el ingenio para seguir con el negocio. El Gobierno del PP modificó en 2001 la ley y a partir de entonces dejó de ser obligatoria la publicación de las subastas en el BOE. Esta situación llevó a los subasteros a buscar la información por otras vías. El mercado se centra ahora en la red. Así, www.subastatotal.com es otro de los portales que tiene más visitas en la red y cuenta con una cartera de 1.847 bienes tanto muebles como inmuebles listos para adjudicar, de los que 55 se encuentran en la provincia de Cádiz. Los responsables de este página web han reconocido a LA VOZ que la mayor parte de las subastas que salen ahora al mercado son fruto del impago de hipotecas. Aclaran que el precio de salida es sólo el valor de la tasación «y el cliente debe saber que al margen de ese precio están las cargas que tenga la vivienda».

Las inmobiliarias también se han subido al carro de las subastas en la red. Es el caso de Atisreal. Ya ha organizado 109 de estos eventos, pero es ahora, en pleno frenazo económico, cuando más de uno ha optado por esta alternativa. La última puja de esta web sumó más de 400 inmuebles en toda España, de los que una decena se encuentran en Cádiz (sobre todo, en Jerez y el Campo de Gibraltar) y ahora ha puesto en marcha la primera subasta de edificios industriales. Atisreal pertenece a la multinacional BNP Paribas y suele subastar en bloque propiedades de Metrovacesa, por ejemplo. La última fue hace un par de meses y sirvió para que la inmobiliaria nacional se desprendiese de un plumazo de una buena cartera de viviendas.

Por otra parte, la consultora CB Richard Ellis prepara, en nombre de varias inmobiliarias y promotores, la subasta de cientos de inmuebles. Aún no han cerrado el bloque (la subasta se celebra el 7 de mayo) y no descartan que haya viviendas de Cádiz.

La variedad en la red se completa con portales especiales para las subastas judiciales www.subastas-judiciales.net. Si los bancos han logrado reinventar las hipotecas con una fórmula especial dedicada a los más mayores, la hipoteca inversa, la subasta de inmuebles ha conseguido en poco tiempo la cuadratura del círculo. Se trata de la puja a la baja. La misión de los subasteros es sacar al mercado una vivienda con un precio máximo de tasación y un mínimo. La puja comienza y el postor que aguante el tipo hasta el límite más bajo se lleva el gato al agua. Los responsables de www.tulipp.es son los pioneros de esta iniciativa implantada en España y con ramificaciones en Cádiz. El potencial comprador puede ahorrarse hasta un 30% del precio real de mercado de la vivienda. De momento, son los promotores inmobiliarios los que han conquistado con sus ofertas las pujas de bajo coste. La imposibilidad de vender las promociones los ha llevado a utilizar otras fórmulas que, aunque les impide ganar cantidades desorbitadas por el inmueble, les garantiza, sin embargo, recibir en la puja lo que han invertido en la construcción. La crisis agudiza el ingenio a todos.