El nuevo primer ministro paquistaní, Yusaf Raza Gillani. /EFE
toma posesión formal de su cargo

Gillani jura ante Musharraf como nuevo primer ministro de Pakistán

Tanto el viudo de Benazir Bhutto, Asif Ali Zardari, como su hijo, Bilawal Bhutto Zardari, se han negado a asistir a la ceremonia al igual que el ex primer ministro Nawaz Sharif

ISLAMABAD Actualizado: Guardar
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El nuevo primer ministro paquistaní, Yusaf Raza Gillani, vicepresidente del Partido del Pueblo de Pakistán (PPP) ha jurado hoy su cargo ante el presidente Pervez Musharraf, quien le ha prometido su pleno apoyo, un día después de que el Parlamento le eligiera para el cargo.

Gillani ha sido investido en una ceremonia en el palacio presidencial que ha contado con más de 500 invitados, entre los que no estaban los líderes de los dos grupos que formarán Gobierno: Asif Zardari, del Partido Popular (PPP, vencedor de las elecciones de febrero) y Nawaz Sharif, de la Liga Musulmana-N.

En su discurso, el nuevo primer ministro ha abogado por la unidad de todas las fuerzas para afrontar la crisis que padece Pakistán. "Pido a la nación, las fuerzas políticas, al Presidente, que cooperemos juntos para sacar al país de la crisis", ha demandado, para añadir que, "si todas las instituciones trabajan de acuerdo con la Constitución, no habrá problemas".

Gillani ha anunciado también que en breve presentará en el Parlamento un programa con sus primeras actuaciones durante los próximos 100 días. Con su designación, el PPP vuelve a encabezar un Gobierno después de doce años en la oposición.

Tras su investidura, el nuevo primer ministro se ha desplazado a su residencia oficial, donde ha sido recibido por la guardia de honor del Ejército.

El recuerdo de Bhutto presente

En un evidente acto de desaire a Musharraf, tanto el viudo de Benazir Bhutto, Asif Ali Zardari, como su hijo, Bilawal Bhutto Zardari, quienes dirigen conjuntamente el PPP, se han negado a asistir a la ceremonia en la sede de la Presidencia, a la que han acudido más de 500 invitados.

"Larga vida a Bhutto", ha gritado uno de los asistentes al término de la ceremonia, tras la cual los viejos enemigos, Musharraf y Gillani, estrecharon sus manos. Según la televisión estatal, Zardari y su hijo -quien ha regresado a Pakistán desde Reino Unido, donde cursa sus estudios- habían sido invitados.

La popularidad de Musharraf se ha deteriorado a lo largo del último año y sus aliados políticos sufrieron una dura derrota en las elecciones parlamentarias del pasado 18 de febrero, en las que ganó el partido de Bhutto, semanas después de ser asesinada.

Visita de Negroponte y apoyo de Bush

Otro ausente en la ceremonia ha sido el ex primer ministro Nawaz Sharif, a quien también se había invitado y cuyo partido quedó segundo en las elecciones. Sharif, quien presidía el Gobierno cuando fue derrocado en 1999 en un golpe de Estado encabezado por Musharraf, se ha unido a la coalición de gobierno liderada por el PPP junto a otros dos partidos menores.

Mientras se celebraba el juramento, Sharif estaba reunido con el subsecretario de Estado de Estados Unidos, John Negroponte, y con el responsable para Asia Central y Meridional de su departamento, Richard Boucher. Tras la reunión, el ex primer ministro ha asegurado que la "guerra contra el terrorismo" propugnada por Estados Unidos y respaldada por Musharraf "no está hecha para Pakistán" y que tendrá que ser "el nuevo Parlamento quien discuta y consensúe la nueva política" en esta materia y Washington "debe aceptar lo que decida" su país.

"¿Qué se ha conseguido en ocho años de guerra contra el terrorismo?", se ha preguntado Sharif, quien ha acusado a Musharraf de utilizar la guerra contra el terrorismo "para su propio interés".

Los enviados estadounidenses, que también se han entrevistado con el propio Musharraf, con Zardari, así como con el jefe del Ejército, Ashfaq Pervez Kiyani, han asegurado la continuidad del apoyo que EEUU presta a Pakistán. Apoyo que ha ratificado el mismo presidente de EEUU, George W. Bush, durante la conversación mantenida con el nuevo primer ministro paquistaní y en la que ambos mandatarios han acordado mantener la alianza de sus países contra los extremistas islámicos.