El Gobierno tibetano aumenta a 18 el balance de muertos en las revueltas

Más de una semana después de que estallara la revuelta, y por segundo día consecutivo, las autoridades chinas han tenido que desdecirse. Primero admitieron que las protestas se han extendido a las provincias limítrofes. Eso ocurrió ayer. Hoy han reconocido que la Policía disparó contra los manifestantes en la provincia suroccidental de Sichuan.

A través de la agencia oficial de noticias Xinhua, citando datos ofrecidos por el gobierno regional tibetano aumenta el balance de muerto a 18 personas, entre civiles y policías. Además, la agencia ha asegurado que 241 agentes de policía han resultado heridos, 23 de ellos de gravedad, y que un agente ha sido asesinado por una multitud. El número de civiles heridos ha aumentado de 325 a 382, de los cuales 58 sufren heridas graves,ha informado el gobierno regional, según Xinhua.

Esta misma agencia, se hacía eco de un funcionario del buró de seguridad pública que ha explicado que la Policía abrió fuego "en propia defensa" el pasado domingo e hirió a cuatro manifestantes en el condado de Aba. Los manifestantes, ha explicado, quemaron una estación policial, atacaron, armados con cuchillos, a los agentes y lucharon para apoderarse de sus armas. Al principio, segúne ste relato, los policías hicieron disparos de aviso pero al no detenerse los manifestantes "se vieron obligados a abrir fuego en defensa propia".

Segundo día de rectificaciones

Es el segundo día consecutivo que China tiene que dar marcha atrás en sus declaraciones iniciales. Ayer reconoció que las protestas en la capital tibetana de Lhasa se habían extendido a las provincias de Sichuan y Gansú, donde hay una importante comunidad tibetana.

Coincidiendo con estas rectificaciones, el gobierno tibetano en el exilio ha informado de que unas quince personas han muerto en los últimos días en choques con la Policía china en la provincia china de Sichuan. Según el relato de algunos testigos, la Policía cargo contra unos 500 manifestantes tibetanos que se negaron a dispersar la protesta.

Las autoridades tibetanas en el exilio indio sitúan en más de cien los muertos desde el inicio de la revuelta tibetana en Lhasa contra el Gobierno chino. Además, el Centro Tibetano para los Derechos Humanos y la Democracia (TCHRD) ha denunciado que hay al menos un millar de tibetanos detenidos a raíz de los violentos disturbios y cientos de desaparecidos.

Llamamiento de EEUU

La preocupación internacional va en aumento. En las últimas horas ha sido la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, la que ha instado a China a limitar la violencia contra los protestantes y reunirse con el líder espiritual, el Dalai Lama.

"Estamos muy preocupados por la situación en Tíbet", ha admitido Rice, que la pasada semana se reunió con su homólogo chino, Yang Jiechi.

"Hemos instado a China durante muchos años a que propicie un encuentro con el Dalai Lama, quien representa una figura que se opone a la violencia y que apoya la autonomía cultural de los tibetanos, pero Beijing siempre nos ha dejado claro que no respalda la independencia", añadía.

También se ha pronunciado la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, la demócrata Nancy Pelosi, que ha advertido de que el mundo libre habrá perdido su "autoridad moral" al hablar de derechos humanos si no se pronuncia contra la actuación de China.

La respuesta china a la semana de violencia que ha tenido lugar en la región tibetana ha provocado las críticas internacionales y ha enturbiado los preparativos de los Juegos Olímpicos, que se celebrarán este verano en Pekín.

Apagón informativo

La censura se sigue aplicando con mano dura a los medios extranjeros, que no pueden entrar ni en Lhasa ni en las áreas conflictivas de Gansú, Sichuan y Qinghai mientras la prensa oficial china publica multitud de noticias sobre los actos vandálicos y sus víctimas.

Los principales portales de Internet, entre ellos yahoo.com y sina.com, tienen cogladas las fotografías de 14 sospechosos buscados por la Policía por su supuesta implicación en las revueltas de la capital tibetana. Las autoridades ofrecen recompensas a los ciudadanos que aporten cualquier tipo de pista.