SENDERO. Lugar próximo a donde estaban las bombas. / RUIZ. EFE
ESPAÑA

Localizadas en un monte de Ciudad Real dos bombas abandonadas por ETA

La Guardia Civil opina que proceden de la 'campaña de verano' de 2005. Un ciudadano rumano que hacía senderismo encontró los artefactos

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Un senderista localizó el miércoles pasado dos bombas, compuestas por unos 11,5 kilos de explosivo en estado de descomposición, abandonadas por un comando de ETA antes de la tregua de 2006 en un monte cercano al pantano de Torre de Abraham (Ciudad Real), según fuentes antiterroristas.

La Guardia Civil, que se ha hecho cargo de las investigaciones cree que los explosivos podrían permanecer semienterrados en este paraje rural, perteneciente al término municipal de Retuerta del Bullarque, desde la campaña de atentados que la banda terrorista ejecutó en la zona en el verano de 2005. No obstante, no podrán confirmar este dato hasta que acaben con el estudio sobre la antigüedad de los explosivos y de los componentes de los artefactos, que están bastante deteriorados. También habrán de constatar si las características del escondite son compatibles con casi tres años de abandono.

El lugar del hallazgo está situado a pocos kilómetros de la Autovía de Andalucía, donde ETA hizo estallar el 29 de julio de 2005, día de inicio de la operación salida de agosto, una bomba de escasa potencia en el cercano término municipal de Madridejos (Toledo). El artefacto, que estalló al tiempo que otro ubicado en la Autovía de Extremadura, a su paso por Maqueda (Toledo), no causó heridos ni daños materiales, pero sí un importante atasco entre los conductores que se dirigían a las playas.

El segundo elemento de peso que avala la hipótesis de trabajo de la Guardia Civil es que las bombas ahora localizadas estaban escondidas en la misma comarca que alberga el municipio de Villarrubia de Ojos, el pueblo ciudadrealeño en el que tres adolescentes localizaron el 8 de diciembre de 2005 cuatro fiambreras semienterradas con explosivos, también abandonados por este comando. Una de las pericias que preparan los investigadores para confirmar su teoría es la comparación de los recipientes de los artefactos encontrados en Villarrubia con los localizados en Retuerta.

Anagrama etarra

El descubrimiento de las bombas lo realizó el miércoles, sobre las cuatro de la tarde, un ciudadano rumano, residente en la zona, que paseaba por un paraje de montaña ubicado a unos 70 metros del kilómetro 43 de la comarcal 403, una de las vías que conduce al parque nacional de Cabañeros. El senderista vio una bolsa de basura verde semienterrada y, tras comprobar que en su interior había varios recipientes (fiambreras) y material electrónico, dio avisó al cuartel de la Guardia Civil de Sonseca, localidad donde vive.

Los artificieros comprobaron que se trataba de dos artefactos, compuestos cada uno de ellos por unos cinco kilos de amonal reforzados con cloratita. Una de las bombas estaba completa y a la otra le faltaban el detonador y las pilas que hacen funcionar el circuito eléctrico de iniciación, pero ninguno de los dos artefactos estaba preparado para estallar.

El artefacto completo lo formaba una fiambrera encintada que contenía el amonal, atada a un tubo con unos 765 gramos de cloratita en su interior, con 24 gramos de cordón detonante a su alrededor. En otra fiambrera, más pequeña, había un detonador con el anagrama de ETA unido a dos baterías (pilas) y a dos detonadores.

La otra bomba era casi idéntica. La diferencia era que la cloratita pesaba unos 700 gramos y que el temporizador no tenía conectadas ni pilas ni detonadores. Entre la bolsa de basura que contenía ambas bombas y el suelo, los agentes localizaron 24 carcasas de pilas, todas vacías salvo una. Las baterías ausentes probablemente fueron utilizadas por los terroristas para alimentar los circuitos eléctricos de otros artefactos utilizados en la campaña de atentados.

ETA ha atentado en Ciudad Real al menos en otras dos ocasiones. En 2001 hizo estallar un pequeño artefacto en las proximidades de las vías del tren de alta velocidad Madrid-Sevilla a su paso por la provincia manchega. El 6 de diciembre de 2004 estalló otra bomba de escasa potencia junto a un bar de Ciudad Real, dentro de la campaña de atentados que dos comandos de la banda realizaron en paralelo en numerosas provincias españolas durante los días festivos del puente de la Constitución.