'Cyrano de Bergerac' hace reír al Teatro Villamarta
El coliseo jerezano recibió el pasado jueves -y repitió anoche- la obra Cyrano de Bergerac, escrita por Edmond Rostand y dirigida por John Sanderson. Aunque al patio de butacas le quedaron varias decenas de sillas por llenar, el público disfrutó enormemente de esta obra que se ha convertido en un clásico.
Actualizado: GuardarProtagonizada por dos grandes de la escena, José Pedro Carrión y Begoña Maestre, la obra supo trasladar al espectador directamente al siglo XVII -a través de un cuidado vestuario, unos versos claros, ingeniosos y cómicos en la mayoría de las ocasiones- aunque esté escrita en el XIX.
Los cortinajes del atrezzo funcionan como paso entre las diferentes escenas, ya estén los personajes en un espacio o en otro de la trama. La capacidad verbal, la astucia y la valentía de Cyrano contrastan sobremanera con la ignorancia y la poca delicadeza de Cristián, pretendiente elegido por Rosana, amada a su vez por su primo Cyrano. Con su elocuencia consigue conquistar a la joven aunque no para sí mismo -achantado por la fealdad de su rostro y, sobre todo, por su enorme nariz- sino para otro. Aún así y como era de esperar, la tortilla puede darse la vuelta para el caballero.
Además del constante ir y venir de personajes, la maestría que reparten a manos llenas sus protagonistas sobre el escenario hace imposible que el espectador pueda sucumbir al aburrimiento en una obra en la que se pasa de la comedia al drama en minutos.
