INFRAESTRUCTURA. Dos operarios ultiman unos trabajos. / EFE
Economia

Las constructoras se ofrecen a financiar obras por valor de 21.300 millones de euros

Advierten de que el parón en la licitación y el frenazo en la vivienda obligan a un revulsivo en la construcción civil

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Las constructoras han visto en el recorte de los fondos europeos la oportunidad para ganar protagonismo en la financiación y posterior explotación de la obra civil mediante concesiones. Los grandes grupos cotizados lanzaron una propuesta al Gobierno que resulte de las próximas elecciones generales del 9-M: están dispuestos a poner 21.300 millones encima de la mesa para obras civiles durante los próximos cuatro años. Ese es, según sus cálculos, el dinero que haría falta para que la Administración General pudiera mantener su actual nivel de gasto en carreteras, ferrocarril o puertos -en porcentaje sobre el PIB-, sin necesidad de incurrir en más costes.

La idea no es nueva. Ya el Plan Estatal de Infraestructuras del Transporte (PEIT 2005-2020) contempla que el 20% de los 250.000 millones de inversión total prevista saliera de los bolsillos de las empresas. Otro 20% correspondería a la financiación público-privada. Ese era el proyecto, pero el reparto de la tarta no se ha cumplido al pie de la letra en esta legislatura que ahora acaba. El vicepresidente de la patronal del sector (Seopan), Julián Núñez, explicó que entre 2005 y 2008 los privados habrán financiado 19.144 millones, casi 1.300 menos de lo que estaba previsto. El mayor desfase se ha dado en el sector ferroviario, en el que estaba previsto que las empresas financiaran 5.556 millones de euros que, finalmente, se han quedado en sólo 380. El despegue de las obras del AVE no se ha visto acompañado del desarrollo que se esperaba de corredores de mercancías que construyeran y explotaran las empresas privadas.

La cuestión es que el panorama que se presenta hoy es distinto del que había hace cuatro años, ya que el sector de la edificación (que supuso el 75 por ciento de la actividad constructora en 2007) está en plena desaceleración.

Además, recordó Núñez, hay otro factor de incertidumbre: las propias elecciones generales.