Sorpresas que no sorprenden

Lo proclaman muchos anuncios: «Sorprenda esta Navidad». Tras lo que te venden el perfume de moda o el último grito en tratamiento de belleza. La proclama se repite tanto que, al final, hay tanta gente sorprendiendo a tantos que nadie se sorprende de nada.

Esta Navidad tampoco habrá sorpresas. Una vez que se terminó el verano, los gurús del consumismo ya lo veían claro: iba a ser el año de las videoconsolas. La Wii de Nintendo iba a romper el mercado; la tercera y sofisticada (y carísima) entrega de la Playstation iba a sufrir.

Así ha sido. A día de hoy cuesta encontrar la consola «para toda la familia» de Nintendo en la provincia y Sony se vio obligada a comercializar una versión más barata de su producto (aun así, más cara que la Wii).

Sin embargo, la moda iba a ser la familia y no ha habido mucha discusión: arrasan los videojuegos más sencillos para compartir y para que jueguen todos.

Los verdaderos reyes

Anceco, la asociación que sigue la evolución de las compras con tarjeta de crédito o débito, tiene su lista personal de regalos estelares de este año. Las videoconsolas arrasan, pero también los perfumes más selectos (a la tarjeta se le suele cargar lo que cuesta más) y el material informático en general.

Tanto si es para jugar con las consolas o para ver mejor la televisión a secas, las pantallas planas se venden a espuertas.

A su vez, de forma cada vez más insistente están los presentes destinados a esa población de solteros o jóvenes parejas que tanto aprecian los publicistas. Por eso, no es de extrañar que las cafeteras con monodosis o los productos para el hogar de cierto lujo, como las columnas de hidromasaje, sean de los productos que más se adquieren.

Por último, y retomando esa categoría de regalos que empiezan siendo una sorpresa y al final acaparan todas las intenciones, estos últimos días de 2007 se están regalando muchos tratamientos de belleza a través de bono que luego se aprovecha según el gusto del consumidor.

¿Y los niños qué? Según los principales centros comerciales, este año recobran el protagonismo unos viejos conocidos por todos: los muñecos de Playmobil. En concreto, y a rebufo de la moda implantada por las películas sobre piratas, el barco con su bandera de la calavera (un clásico entre los clásicos). Como también es un clásico entre los clásicos Mickey Mouse, que debe de ser de los pocos de este país que está sacando tajada en el revuelto mercado inmobiliario: su casa está prácticamente agotada... aunque hay quien la vendía ayer en un conocido portal de subastas a 150 euros, el doble de su precio en las tiendas. La especulación nunca es tierna.