DISTURBIOS. Aficionados del Inter y de la Lazio, durante el enfrentamiento con la Policía. / EFE
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Italia prohíbe a los ultras viajar con sus equipos a los encuentros fuera de casa

La Policía podrá suspender partidos si se producen incidentes fuera del estadio El agente que mató al aficionado de la Lazio afirma que disparó accidentalmente

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El fútbol italiano y, en general, todo el país volvía a discutir ayer cómo acabar con los grupos violentos que orbitan en torno a los clubes. Es un ritual que se repite cada vez que hay graves incidentes, como la guerrilla del domingo en Roma y otras ciudades tras la muerte de un aficionado de la Lazio por un disparo de un agente en extrañas circunstancias. La más drástica de las nuevas medidas de choque aprobadas por el Observatorio de la violencia deportiva, dependiente del ministerio de Interior, es prohibir el traslado organizado de los grupos ultra en los partidos fuera de casa.

Será a través de una serie de obstáculos a disposición de las autoridades, aplicables en cada partido. La venta de los billetes, que ya es con nombre y apellidos, tendrá que ser individual, vetada a grupos, e incluso se podrá permitir sólo en la provincia donde se juegue. Aún hay más: la Policía podrá suspender cualquier encuentro si hay incidentes fuera del estadio y será obligatorio desde marzo el personal de vigilancia, con chalecos amarillos, en las gradas. En lo más inmediato, el próximo fin de semana no habrá fútbol, aunque en Primera ya era así de todos modos por los partidos de la selección.

Una muerte absurda

Esta carga legal responde al balance de los incidentes en Roma: 40 policías heridos y tres detenidos, además de destrozos, vehículos quemados y el saqueo de la oficina del comité olímpico, con daños por 100.000 euros.

Se supone que el motivo de los disturbios era algo relacionado con el fútbol, aunque lejanamente. Pero como excusa valió. Fue la absurda y trágica muerte de un joven romano de 26 años, Gabriele Sandri, seguidor de la Lazio, por un disparo de un agente. Tras decir en un primer momento que pegó dos tiros al aire, reconoció ante el juez, según las agencias italianas, que el segundo no fue así: «Se me escapó mientras corría, no he apuntado a nadie». Se le imputa un delito de homicidio.

Otra muerte en Argentina

La Justicia argentina comenzó a investigar ayer la muerte de Damián Muñoz, de 26 años, apuñalado en una tribuna del estadio de Independiente Rivadavia de Mendoza, de la segunda división, y muerto después de un partido con Belgrano de Córdoba. La cifra de muertes vinculadas con el fútbol argentino desde 1939 se elevó ahora a 178, según estadísticas elaboradas en base a crónicas periodísticas, pero investigadores privados del fenómeno señalan que la cuenta alcanza a 251.

Muñoz fue herido mortalmente mediante navajazos en el tórax, el sábado pasado, cuando asistía al encuentro, y falleció poco después, mientras era operado en un hospital de Mendoza.