IMPRESCINDIBLE. Un labrador negro acompaña a su dueño invidente.
CÁDIZ

Fieles y trabajadores

Cerca de tres decenas de invidentes pasearon ayer por el Paseo Marítimo acompañados de sus perros guías

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E n casa manda Salvi, granadina de 41 años, pero en la calle quien toma las decisiones es Bimba, que aún no ha cumplido seis años. Entre las dos forman un equipo perfecto. Ambas se ayudan, se quieren y se necesitan. Desde que se conocen son más felices. Salvi jamás podrá ver el precioso pelaje crema de perro Labrador que luce Bimba, y ésta nunca podrá contar a Salvi qué le preocupa, pero aún así se comunican como dos amigas. «Los ciegos estamos con nuestros perros las 24 horas del día. Muchas veces hacen por ti más que cualquier familiar o amigo y eso crea un vínculo muy especial», explica Salvi Belguizo, una de los cerca de treinta invidentes que desde el pasado jueves disfrutan en la Residencia Tiempo Libre de la capital gaditana de unas jornadas dedicadas a todo lo relacionado con los perros guías.

De este modo, un cortejo de invidentes, canes adiestrados, familiares y voluntarios de la Asociación de Usuarios de Perros Guías de Andalucía (Aupga) recorrió gran parte del Paseo Marítimo en la tarde de ayer con el fin último de dar a conocer al gran público las dificultades que un ciego y su perro lazarillo aún deben superar para disfrutar de un paseo por las calles de cualquier ciudad española. «Las jornadas han servido para difundir la labor que realiza la asociación desde hace seis años y para intercambiar experiencias que sirven a muchos para sentirse mucho más seguros con sus perros. En general, la situación a mejorado bastante, pero aún hay reivindicaciones y aspectos de la ley que no se cumplen. Por ejemplo, hemos pedido varias veces que los carteles que prohíben la entrada a los perros en ciertos establecimientos lleven incluidos la excepción para los perros guías», afirma Antonio Fernández Zaldívar, que a sus 40 años es el presidente de la asociación que agrupa a casi medio centenar de ciegos andaluces, de los más de 150 que usan perros guías para mejorar sus vidas en toda la comunidad autónoma.

La actividad realizada ayer demostró cómo un perro guía puede cambiar de golpe la existencia de un invidente. «Es todo diferente. Puedes salir a la calle sin miedo. Vas a todos lados más rápido y con más seguridad. Puedes disfrutar de un paseo. Además, mi Xaria -un labrador- me cuida también de mis dos hijos. Es increíble, va atenta a todo y encima en casa hace de juguete porque es muy cariñosa», asegura orgullosa María del Mar Reyes, roteña de 37 años y que desde hace once unió su vida a la de un perro guía para ganar en calidad de vida.

Mientras, el cortejo de perros y dueños continúa. Muchos quieren ir a la playa, a jugar, pero vencen la tentación. «Ahora están trabajando. Son muy listos, pero también muy responsables. Todo sería muy diferente sin ella», dice Salvi de su compañera, que mientras tanto sigue con su cadencioso paso a la vez que evita con tranquilidad los obstáculos que la vida puso en la vida de su dueña.

restevez@lavozdigital.es