Hamid Ahmidan, primo de Jamal Ahmidan, alias El Chino durante su declaración en el juicio por el 11-M. /Reuters
juicio 11-M | QUINTA JORNADA

El primo de "El Chino" admite que le vio manipular un aparato con cables

Aglif reconoce que asistió a una reunión en un McDonald's con Ahmidan, Zohuier y Trashorras, aunque no se habló de explosivos

MADRID Actualizado: Guardar
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Hamid Ahmidan, primo de Jamal Ahmidan, alias "El Chino", -que se suicidó junto a otros seis terroristas islamistas en la localidad madrileña de Leganés-, ha reconocido hoy ante el tribunal de la Audiencia Nacional que juzga los atentados del 11-M que vio a su primo y a otros de los suicidas manipular un "aparato con cables" en el interior de la finca de Morata de Tajuña (Madrid), donde acudió en febrero de 2004 para realizar unas "chapuzas".

Durante la jornada de hoy, la quinta del juicio por los sucesos del 11-M, también han declarado otros cuatro acusados de integración en la célula terrorista que cometió los atentados: Rachid Aglif, Abdelmajid El Fadual, Saed El Harrak, y Mohamed Larbi Ben Sellam. Este último será juzgado mañana ante otro tribunal de la Audiencia Nacional por otros hechos, también relacionados con una organización terrorista islamista.

Uno de los interrogatorios más esclarecedores de la jornada fue el del primo de El Chino, que intervino pasadas las seis de la tarde. Ha explicado que participó en las obras de Morata con otras dos personas -el también procesado Otman el Gnaoui y un carpintero de nombre Mustafá-, y que allí nunca vio explosivos ni armas. A principios de febrero, El Chino le pidió que no regresara durante unos días y le dio como excusa que iban a llegar "una mujer y sus hijos".

Por esta razón, el acusado abandonó los trabajos durante una semana, y cuando regresó vio un vehículo aparcado en el exterior que él desconocía, un Toyota Corolla, que según la investigación era utilizado por el ex minero José Emilio Suárez Trashorras, a quien se acusa de facilitar los explosivos a la "célula" terrorista. La Fiscalía pide para Ahmidan una pena de 23 años de cárcel por integración y otros delitos.

Aglif reconoce haber estado en la reunión del McDonald's

Rachid Aglif, alias El Conejo, presunto hombre de confianza de Jamal Ahmidan, admitió por su parte ante el tribunal haber asistido a finales de octubre de 2003 a una reunión que se celebró en un restaurante McDonald's de Carabanchel a la que acudieron varias personas, entre las que más tarde reconoció al ex minero José Emilio Suárez Trashorras y a su ex mujer Carmen Toro y donde se habló, dijo, de la venta de hachís, pero no de explosivos.

Aglif estuvo implicado, según las conclusiones provisionales de la Fiscalía, en las operaciones de compra-venta de los explosivos utilizados en los atentados. Se le atribuyen además numerosos contactos telefónicos con Jamal Ahmidan, y colaboración en la organización de venta de drogas destinada a la financiación de la célula terrorista. Por todo ello, se le imputan delitos de pertenencia a organización terrorista y de suministro de sustancias explosivas, por los que la Fiscalía pide para él un total de 21 años prisión.

A lo largo de su declaración, Aglif negó tener relación con la compra de explosivos, aunque reconoció haber estado presente en septiembre de 2003 en la casa del presunto colaborador de la "célula" Rafa Zouhier cuando éste, según la Fiscalía, hizo una prueba con parte del explosivo y un detonador que le facilitó Suárez Trashorras, lo que le produjo heridas en una mano. "Me dijo que había estallado un petardo", dijo Aglif al tribunal.

Zouhier, expulsado del juicio

La declaración de Aglif puso en evidencia las malas relaciones existentes actualmente con su amigo Zouhier. Así, ha explicado hoy ante el tribunal que Rafa había dicho de él "muchas barbaridades", y que por eso --"para que se cagara"-- le dijo a la Policía que ese día también estaba presente "El Chino". "Lo dije por venganza", afirmó.

A consecuencia de los aspavientos realizados por Zouhier cada vez que Aglif le nombraba, el presidente del tribunal, Javier Gómez Bermúdez, interrumpió brevemente el interrogatorio y solicitó que se le trasladara a la última fila de asientos del habitáculo blindado donde siguen el juicio varios procesados. Zouhier, no obstante, continuó con sus gestos, lo que obligó al magistrado a expulsarle temporalmente de la sala. El presunto confidente se reincorporó a la vista tras el receso de mediodía.

Declaración de El Fadual

Por su parte, Abdelmajid El Fadual El Akil ha reconocido haberle comprado a El Chino un Volkswagen Golf, que recogió el 1 de marzo de 2004 en la finca de Morata de Tajuña, donde según la investigación se prepararon las mochilas-bombas. Además, admitió haber proporcionado a Ahmidan un BMW que condujo hasta Madrid desde Ceuta. Este acusado negó cualquier vinculación con los atentados y tampoco admitió que haya traficado con droga o proporcionado documentos falsos a otros marroquíes. El Ministerio Público solicita para él 12 años de cárcel.

Durante su declaración ante el tribunal, El Fadual El Akil utilizó un castellano muy deficiente. Su forma de expresarse, relatando largas anécdotas personales antes de contestar a asuntos concretos, le valió una reprimenda por parte de Gómez Bermúdez. Después de la llamada de atención, el acusado se disculpó en varias ocasiones antes de declarar con expresiones como "si hablo ese señor se enfada conmigo", en referencia al presidente del tribunal.

El Harrak conocía a uno de los suicidas de Leganés

Saed El Harrak, presunto integrante de la célula terrorista que perpetró el 11-M, para quien la Fiscalía solicita 12 años de cárcel, atribuyó hoy a Abdennabi Kounjaa, amigo suyo y uno de los siete suicidas de Leganés, las numerosas llamadas telefónicas que le relacionan con otros implicados en los atentados.

El Harrak, cuyo testimonio reanudó la sesión de la tarde en la quinta jornada del juicio por estos hechos en la Audiencia Nacional, era compañero de trabajo de Kounjaa en una empresa de construcción. El propietario de esta empresa entregó a la Policía, tras la detención de El Harrak, una bolsa de deporte que pertenecía a éste y en cuyo interior había un documento en árabe --una carta de despedida-- atribuida a Kounjaa.

Sobre esta circunstancia, El Harrak afirmó hoy que no sabe cómo llegaron allí esos papeles y que nunca supo que Kounjaa quisiera ir a Afganistán o tuviera planes para inmolarse, ya que se trataba de un "padre de familia". Dijo que supo que su amigo intervino en los atentados "cuando lo vio en la tele".

Huellas de Larbi en un Corán aparecido en Leganés

El acusado Mohamed Larbi Ben Sellam aseguró, por su parte, que la aparición de sus huellas en un ejemplar del Corán encontrado en la vivienda de Leganés sólo puede deberse a que el libro procediera de la Mezquita de la localidad, donde él solía rezar, ya que se encontraba trabajando en la zona poco antes de la explosión en la calle Carmen Martín Gaite.

A lo largo de su declaración ante el tribunal, el acusado negó pertenecer a ningún grupo radical islamista y conocer a Sarhane Ben Abdelmajid, "El Tunecino" --suicida de Leganés-- o al supuesto jefe intelectual del grupo, Rabei Osman El Sayed, "Mohamed El Egipcio" --aunque matizó que al primero le había visto de lejos en la mezquita del barrio de Estrecho--.

El juicio por los atentados del 11-M continuará el próximo lunes con la declaración ante su abogado de Rabei Osman, al que seguirá Mohamed Bouharrat, también acusado de pertenencia a organización terrorista, cuya declaración se vio aplazada por los problemas de salud de su letrada.