El PSOE recupera su feudo socialista en la Bahía pero tendrá que pactar o gobernar sin mayoría absoluta

Decía el poeta Octavio Paz que «las masas humanas más peligrosas son aquellas en cuyas venas ha sido inyectado el veneno del miedo al cambio». Y debió ser que en Chiclana el vial no fue suficiente porque la localidad dijo sí a cambiar. A sentar a otro alcalde en el sillón del Ayuntamiento, a aupar a nuevas formaciones políticas y a expulsar a otras del Salón de Plenos.

Eso sí, el coreado cambio que pedían todos los partidos en la localidad (todos excepto PP y PVRE, por motivos obvios) fue conservador en su intención: optó por no revalidar la mayoría del PP y devolvérsela al partido que ha gobernado en la localidad en los últimos 30 años.

Chiclana ha vuelto a convertirse en el feudo socialista de la Bahía, pero con un importante hándicap: el partido de la rosa no consiguió la mayoría absoluta por lo que será más que previsible la necesidad de pactar para acceder al poder.

En cualquier caso, en la Casa del Pueblo el resultado supo a las más dulces mieles, después de probar los más agrios momentos de la travesía en el desierto que supusieron los primeros años de oposición. Pero supieron cambiar su suerte ha cristalizado de esa victoria. Así, con el 100% del escrutado (29.605 votantes), el PSOE ha conseguido arrancar 11 concejales; el PP, 8 ediles; IU, tres concejales, Por Chiclana Sí Se Puede, dos y Ganemos un edil.

El reparto llevó a los socialistas a obtener el mejor resultado de la provincia en localidades de más de 50.000 habitantes. Un dato que repasó un triunfal Román en un encuentro con los periodistas previo a celebrar la victoria con un centenar de afiliados en la sede socialista. El futuro alcalde se confesó «satisfecho» con el resultado ya que además hay representación «de fuerzas de izquierdas y progresistas y con gente nueva».

Un nuevo escenario en el que Román ya avanzó que habrá que «dialogar mucho». Román se mostró cauteloso a la hora de hablar de posibles pactos y consideró que «lo importante ahora es dialogar con todos, sin descartar nada». «Tenemos que dialogar dentro y fuera del Ayuntamiento porque la situación de Chiclana es muy delicada», apuntó el cabeza de lista.

En sus prioridades, marcó el empleo y «conocer el estado de las cuentas del Ayuntamiento». También avanzó la necesidad de desbloquear los servicios generales básicos y el Plan General.

En cifras, el PSOE consiguió el apoyo de 11.078 electores; el PP arrancó 8.003 (con el octavo concejal conseguido a última hora); IU, 3.357; PCSSP, 2.976; Ganemos, 1.746. Ya sin representación en el Pleno, les siguieron el DIPA con 782 votos, el PVRE con 582, el PA con 497 y Sumemos con 268.

Participación moderada

Valoraciones e interpretaciones variadas de unos y otros que ponían broche a una jornada electoral en la localidad, marcada por una leve caída en la participación. Todo cuando todas las fuerzas políticas pedían aumentar la participación con respecto a 2011, cuando votaron el 52,34%. Ayer fue finalmente el 48,54% (29.605 votantes) de los 62.456 electores que tenían derecho a voto en estas municipales.

Un descenso que se veía venir desde primera hora de la mañana, momento en el que precisamente fue mucho más acusado. Román, en el momento de votar en La Barrosa, apuntaba un posible motivo: «El día está nublado así que la gente no votará temprano y se irá a la playa como otros años, sino que irá viniendo a lo largo del día».

En efecto, la tranquilidad, la ausencia de colas y de problemas fue la tónica general de las elecciones en la localidad en un goteo lento de chiclaneros que se fueron acercando por las mesas a lo largo de la jornada.

Precisamente, Román votaba en uno de los colegios electorales claves en cada elecciones municipales. Y es que el Colegio de La Barrosa era el que más electores congregaba, casi 3.000. Eso hizo que, en momentos puntuales como a las 14.00 horas rompiera la tónica de la tranquilidad para congregar largas colas.

Todo ello en un punto en el que todos los partidos políticos contaban con apoderados, conscientes de lo que se jugaban. Y es que en 2011 fue ahí donde el PVRE consiguió rascar un concejal. Ayer, con el partido de los vecinos en horas bajas, todos los representantes de formaciones políticas presentes se preguntaban para quién sería la porción de pastel que dejaron libre. Todo ello, en un colegio que es habitual feudo popular y que ayer se armaba el lío con las nuevas fuerzas políticas.

De hecho, ya no solo en La Barrosa, sino en otros puntos como El Trovador, la Biblioteca Municipal o el Polideportivo de Santa Ana, llegaron muchos despistados preguntando por la papeleta de Ciudadanos.

Cuando se les informaba de que no se presentaban, alguno lanzaba la siguiente pregunta: «¿Y la de Podemos?». Y ahí se montaba el lío entre el que decía que era Ganemos (escisión de Podemos) y Por Chiclana Sí Se Puede (candidatura avalada por la formación morada). No era de extrañar: mensajes similares e incluso colores parecidos llevaban a la duda a más de uno.

Una incertidumbre que incluso llevó a enfrentamientos menores entre interventores de ambas fuerzas en algunos colegios electorales. En cualquier caso, no pasaron a mayores ya que, como confirmaba la Guardia Civil, la jornada transcurrió sin incidentes reseñables en la localidad.