:: ILUSTRACIÓN MIKEL CASAL
ESPAÑA

Fallece Manuel Fraga

De carácter tan excesivo como su propia biografía, es una pieza imprescindible de la historia de España Muñidor de la Transición, condujo a la derecha franquista a la democracia

MADRID. Actualizado: Guardar
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Manuel Fraga (Villalba, Lugo, 23 de noviembre de 1922) falleció ayer a los 89 años en su domicilio de Madrid tras padecer una larga enfermedad. Gallego ilustre, político en esencia, muñidor de la Transición y autor de la Constitución, era un icono de la sociedad española que vivió a caballo entre la dictadura y la democracia, y pieza imprescindible en la historia de España.

Ministro en varias carteras del régimen franquista, fue procurador en Cortes, secretario del Movimiento y embajador en Londres. Después, fue elegido diputado nacional, eurodiputado, diputado autonómico, senador y presidente de Galicia. Además, tuvo el mérito de haber constituido el partido que condujo a la derecha española a la democracia.

Era de carácter tan excesivo como su propia biografía, en la que destacó por ser el número uno en todo, menos en la presidencia del Gobierno a la que tanto aspiró y nunca consiguió. Su conocida vehemencia superaba su fama de hombre culto y disciplinado, y le valió los apelativos de 'León de Villalba' -por su talante y procedencia de esa localidad- y 'patrón de la derecha', por su sentido de la autoridad. Pero todos le llamaban 'Don Manuel' y le trataban de usted. A pocos amigos les consintió el tuteo.

Como ministro de Información y Turismo (1962-1969), aprobó la primera ley de prensa y creó la red de paradores nacionales. Ya entonces ansiaba pilotar el camino hacia el final de la dictadura pero el régimen lo envió como embajador a Londres. Desde ese cargo mantuvo sus contactos con Madrid y creó (1974) el Gabinete de Orientación y Documentación (GODSA), que presidió Rafael Pérez Escolar. Desde esa plataforma diseñó el proyecto de lo que, en su opinión, debía ser la reforma política. «Entonces (en la dictadura), solo teníamos dos caminos: exiliarnos o intentar mejorar las cosas», dijo más tarde en una entrevista.

Con Franco en su lecho de muerte, el 19 de noviembre de 1975, Fraga regresó a Madrid y pidió ser conducido al hospital de la Paz. Tras visitar al dictador, convocó a los suyos a una reunión : «Queridos amigos, esto no dura ni 24 horas, así que mañana nos vemos en las oficinas porque hay que preparar la reforma». Así relata los acontecimientos el que fuera su jefe de Gabinete y hombre de confianza, Carlos Argos.

Pero el Rey le nombró vicepresidente para Asuntos del Interior y ministro de la Gobernación (1975-76) y después eligió presidente a Adolfo Suárez que lideró la Transición. Sin embargo, había sido Fraga quien mantuviera los primeros contactos con la oposición en encuentros con Enrique Múgica y Felipe González.

En 1976, fundó Reforma Democrática, como paso previo a lo que sería Alianza Popular. Esta formación sería el hilo conductor que llevaría a los políticos de la dictadura a participar en la democracia.

Como líder de la derecha, participó activamente en la Transición y fue uno de los ponentes de la Constitución del 78, pero nunca conseguiría ganar unas elecciones generales. Cuando diseñó con Marcelino Oreja la unificación de los partidos del centro-derecha en la refundación de AP (febrero 1989) abrió la puerta al triunfo electoral con la creación del Partido Popular. Meses después (sep. 1989) dejó manos libres a Aznar para que condujera a su partido al poder en 1996.

A partir de 1990, la presidencia de la Xunta le curó de los temores antiautonomistas. Como presidente de Galicia, recorrió la comunidad autónoma a velocidad de vértigo. Nunca rebajó su actividad a pesar de que ya tenía 83 años cuando concluyó su cuarto mandato. La crisis del 'Prestige' le dio la puntilla a una legislatura autonómica ya decadente.

Tras perder las elecciones, Fraga llegó al Senado con la ilusión de participar en su reforma para convertirlo en Cámara de representación territorial. Jamás lo consiguió. Nunca se dio por vencido. Aunque se jubiló como profesor de Derecho Constitucional a los 65 años, siguió trabajando como político hasta el último día. Un resbalón en la bañera lo llevó al quirófano y su debilidad física se fue acrecentando desde aquel día de la pasada primavera.

En septiembre, anunció su retirada de la política. Pasó los últimos meses en el piso adyacente al de una de sus hijas en Madrid, desde donde envió su último mensaje político a Mariano Rajoy con motivo de la celebración de la Convención del Partido Popular en Málaga. «Que siga con el proyecto centrista y reformista y no se deje llevar por los extremistas». Así le transmitió el deseo del anciano senador su viejo amigo Carlos Argos al hoy presidente del Gobierno.