CARTAS A LA DIRECTORA

Tijeras de zapateros y sastres

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Parece ser que los de la «desmemoria histórica» ya se han olvidado de Carrillo, Paracuellos y 'tós' sus muertos. Y hasta del desenterrador de fosas. Ahora, historiadores, pensadores, escritores, periodistas, políticos, novelistas, clérigos y laicos, «intelectuales y artistas», están castigados de cara a la pared, mirando, «de cara al Doce», vueltos hacia La Pepa, la constitución y el asedio. Servidor, modestamente, también está releyendo 'El Cádiz de las Cortes' de Ramón Solís. Y se ha reencontrado con páginas, interesantes y curiosas, donde se describen el asedio y «los bombardeos -o bombeos, según el decir de entonces-, que se suceden desde diciembre de 1810 hasta el 24 de agosto de 1812».O donde se estudia la profesión de los diputados de las Cortes de Cádiz, con 90 eclesiásticos (un 30% de la totalidad). O cuando nos cuenta que «las campanas de los conventos avisan al pueblo los disparos del francés».Y que «fue muy famoso fray José Fernández, el novicio que tenía esta misión en la torre de San Francisco». Bueno, aquí quería llegar.

Porque servidor, 'hic et nunc', aquí y ahora, ante los tijeretazos zapateriles (castigado por los bombeos franceses y alemanes) de las pensiones de jubilatas y sueldos de funcionarios y la distracción sobre los cortes de traje, la factura y las tijeras del sastre valenciano. Servidor, ya digo, está con fray José Fernández, el novicio franciscano, que según cuenta Alcalá Galiano, cuando los disparos franceses caían al agua hacía un gesto «que con poca razón, si con universal consentimiento, pasa por obsceno, aunque su nombre suena ser, más que otra cosa, de sastrería». Pues eso. Con la venia. Un corte de manga. 'Pa tós'.