Esperanza. El funcionario espera cambiar en breve su situación de prisión preventiva y volver con su familia. :: CARLOS CHERBUY
Ciudadanos

Clemente se confiesa desde la cárcel

El principal imputado por el desfalco de la Caja en La Isla afirma que el alcalde estaba al tanto de los problemas económicos

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Ha perdido la cuenta de las veces que ha abierto los ojos deseando que todo fuera una pesadilla. Hasta ahora no ha habido suerte. La realidad resulta demasiado dura y la asimila agarrándose a pequeños trozos de esperanza. Al fin ve un horizonte más prometedor. De hecho piensa que el informe de la Cámara de Cuentas «es el milagro por el que tanto ha rezado». Hace poco más de un año Clemente Ruiz García, ex cajero municipal, perdió su mundo al ser señalado como el único imputado en la desaparición de ocho millones de euros de la Caja municipal de San Fernando. Desde noviembre, se encuentra en prisión preventiva y en su celda de Puerto II ha tenido que digerir todo lo que han dicho de él sin poder defenderse. Hasta hoy, que en una carta enviada a LA VOZ cuenta su verdad en catorce hojas de cuaderno escritas a mano.

El 1 de abril de 2009 marcó un antes y un después en su vida. «Todavía hoy sigo pagando injustamente por algo que no me puedo creer. Existió un antes al fatídico 1 de abril del 2009 cuando me sentía dichoso de mi trabajo, de mis amigos, cuando era una persona respetada y querida. Un después cuando me despojan de todas las consideraciones y me tratan como un vulgar delincuente, cuando me juzgan antes que los jueces».

Desde su primera conferencia pública, el alcalde de La Isla, Manuel María de Bernardo (PA), no ha dudado en marcar, siempre como presunto, al funcionario que fue denunciado casi de inmediato y suspendido de empleo y sueldo. De hecho, hasta el momento todo lo que ha transcendido de la investigación se ha centrado en sus posesiones, relaciones personales y negocios. «Cada vez está más claro que es una trama perfectamente trenzada para culparme y desviar la atención el tiempo suficiente para encubrir el desfalco».

La dirección que ha tomado la investigación es algo que sorprende a Clemente, sobre todo el que se toque a ciertas personas de su entorno, como era el caso de la familia marroquí. Se especuló con su reconversión al Islam, e incluso, extrañó su estrecha relación con parte de sus miembros. «Qué curioso que sólo se han centrado en la familia marroquí con la cantidad de empresarios de esta ciudad y ex concejales que conozco, esto huele mal. ¿Sólo por ser marroquí? O quizás, de una manera sutil quisiesen dejar claro que al ser marroquí tienen dinero de dudosa procedencia».

Sin amigos

Nadie de la Delegación de Economía y Hacienda ha salido en su defensa. Más de 20 años compartiendo día a día los problemas laborales, preguntando por la familia y participando en las bromas, para que al final no encuentre ni un apoyo. «A lo largo de 25 años de servicio he presenciado situaciones embarazosas por definirlas de algún modo, entre funcionarios y Ayuntamiento, y siempre el señor alcalde ha tenido la deferencia de hablar con ellos y darles una salida. En mi caso, la precipitación con la que se llevó el tema da a entender que intentaban ocultar otra realidad, realidad que hoy gracias al informe de la Cámara de Cuentas va a salir a relucir».

Según el sumario, sus compañeros de trabajo se contradijeron, ya que reconocieron en los primeros interrogatorios que faltaba dinero y certificaron el descontrol de la Caja, para luego exponer un discurso totalmente contrario. «Creo que mis compañeros están amenazados por el poder y por los acontecimientos tan lamentables, saben que pueden perder su trabajo, que saldrían en periódicos y lo más grave de todo, irían a la cárcel, todo está en manos del poder».

¿Quién tenía acceso a la Caja? Es una pregunta que continúa sin una respuesta clara y en la que vuelven a surgir las dudas sobre los cargos que deberían de custodiar sus llaves. «En referencia a la llave de la caja fuerte diré que no hay documento alguno firmado por mí de haberme responsabilizado de custodiar ninguna llave. No obstante, la llave permanecía siempre y en todo momento en las dependencias municipales, con el único sentido de asegurar que si faltasen los cajeros, los funcionarios de Tesorería pudieran tener acceso y poder desarrollar el trabajo de ventanilla, sin ningún problema».

Como Clemente sostuvo en su declaración, fueron «incontables» las ocasiones en las que advirtió de un posible error contable de varios millones a sus superiores. Entonces, afirmó que nadie le hizo caso y él le daba credibilidad a la respuesta que le llegaban desde arriba. «Mis superiores confirmaban tenerlo controlado y que lo arreglarían en breve. Han tardado seis años y tres meses y la solución consistió en denunciarme en Comisaría». La gran pregunta de todo este asunto determina la responsabilidad política y consiste en saber si el primer edil isleño conocía o no la falta del dinero. «Desde que era delegado de Hacienda su control en las hojas de arqueos fue constante. Ordenaba los pagos del día, despachaba con proveedores y tomaba todo tipo de decisiones en materia económica. Sin ir más lejos, controlaba, conocía y decidía a la vista de los datos de lo arqueos. Los mismos que se siguen haciendo desde que se fue y que siguen la misma pauta desde hace más de 26 años que llevo de servicio. Arqueos de los que se le informa a diario por ser alcalde. Si bien no los presencia, está informado al minuto de lo que ocurre en la Caja».

Aunque él fue apartado de manera inmediata de sus funciones, el resto del equipo continuó dentro y por ello creció el temor entre sus familiares de que se destruyera pruebas que pudieran probar su inocencia. «Lo extraños no es que se manipulen sino que se acepten ciertas pruebas como las hojas de caja cuando no cuentan con mi firma y sobretodo porque quien las aporta es el propio Ayuntamiento, que está en el ojo del huracán por la Cámara de Cuentas».

Deprimido en Puerto II

Sin duda todo lo que han dicho sobre él le ha afectado. A pesar de recurrir al yoga y buscar tranquilidad resulta algo complicado entre las cuatro paredes que lo retienen. «Hasta la fecha no he hablado de nada y se me ha tratado injustamente. Se me ha acusado de todo tipo de desmanes y he aguantado el tirón. Llevamos ya un año y sólo me he mantenido a base de pastillas que me ha llevado a una depresión preocupante». Sobre todo porque para él resulta bastante increíble que todo el proceso se sustente en el concepto de que una persona es capaz de sacar durante seis años 7,8 millones de euros sin que nadie se diera cuenta de ello. «Esto no se lo cree nadie, vamos que no se lo creen ni ellos. Ustedes consideran que con los arqueos a diario fiscalizados por tres personas, arqueos anuales y arqueos extraordinarios durante seis largos años, una única persona puede llevarse tal cantidad de dinero. La única manera sería hipnotizándolos a todos». Y todo ello basado en las llamadas hojas de caja, un procedimiento creado por el ex cajero para facilitar las labores diarias. «Estas hojas de caja no se recogen en ningún sitio como documentos oficiales y no sirven para elaborar los arqueos diarios, que son los que se utilizaban como referencia para cuadrar la Caja».

Pero mientras todo esto sucede, Clemente volverá a soñar una noche más su libertad.