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Los perros van a yoga

Lo último es llevarse la mascota a las clases de relajación e incorporarlas a los ejercicios

MADRID Actualizado: Guardar
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Los tiempos en los que los humanos y sus perros se limitaban a pasear por el parque han terminado. Ahora nadan con ellos, hacen carreras por el campo y hasta practican la meditación. Lo último en España es ir a yoga con el animal. A la técnica le llaman Doga, que es mezcla de Yoga y Dog y consiste en una adaptación del arte oriental para que puedan participar de ella el dueño y la mascota.

«Comienza por sentarte y empieza a respirar. Deja que tu perro encuentre un lugar sobre ti, o a to lado en el que se encuentre cómodo.Concéntrate, acarícialo, relájate». Así comienza su ritual la actriz y maestra dogi, Suzy Tietelman, que comenzó esta moda en Estados Unidos cuando decidió incorporar a su cocker Coali en las rutinas del yoga, adaptadas para relajarla no solo a ella, sino a su pequeño perro. Comenzó a practicarlo en su academia de yoga de Nueva York, allá por 2002 y desarrolló la técnica hasta 2006. Hoy, miles de personas en todo el mundo lo practican (en España, algunos centros como Lealcan.com) y siguen sus pasos a través de internet.

Las rutinas se modifican para estar en contacto con el animal. Están en el regazo, sobre el cuerpo, en brazos... La persona acaricia al perro, se contagia y le transmite su energía hasta crear una unidad entre los dos. Valen caricias, movimientos, estiramientos, respiración... Dicen los que lo practican que el Doga sirve para relajar, ejercitar y crear un espacio común con el perro y sirve para mejorar la comunicación, movilidad, reducir el estrés y hasta curar los problemas de digestión.

No todos están de acuerdo. Las corrientes más puristas del yoga tradicional están en contra de estas prácticas, pues según ellos desvirtúan las artes más antiguas.