El Colegio de Enfermería apunta a las «bajas médicas por estrés» a consecuencia de los ataques violentos

Tanto los sindicatos como los propios colegios no han dudado en condenar las agresiones a cualquier trabajador del colectivo sanitario, «e incluso, de cualquier otro sector», señaló Juan López, delegado del Sindicato Médico de Cádiz.

Desde el mismo, aún no han confirmado la existencia de agresiones en este primer semestre de 2015 en el Hospital Universitario Puerta del Mar, por ejemplo, pero sí en otros centros de la provincia, «donde se han hecho manifestaciones y actos de repulsa», agregó el portavoz sindical.

Sin embargo, solo en lo que va de año, el Colegio de Enfermería de la capital ya ha registrado seis denuncias por atentado al personal sanitario. Concretamente, estas se han tramitado por agresiones físicas, amenazas e insultos.

Incluso dos de ellas, ya han pasado por los tribunales gaditanos vía juicio rápido, tal y como han informado desde la institución. Y es que las consecuencias de esta lamentable problemática ya han hecho replantearse a los profesionales hasta qué punto están seguros en sus puestos de trabajo. «Como consecuencia, ya tenemos registradas incluso bajas médicas por estrés», confirmaron desde el Colegio de Enfermería.

En estos mismos términos se han pronunciado desde el Sindicato de Enfermería (SATSE). «En una de las plantas del hospital tenemos un paciente agresivo localizado. Las enfermeras que lo atienden van con miedo y, por desgracia, no tenemos a nadie que nos resuelva el problema ya que no podemos pedir que alguien de seguridad se dedique a esto con la falta de personal que tenemos de todos los sectores en las instalaciones», relataron desde SATSE.

La impaciencia

A este respecto, desde el propio sindicato han vuelto a poner encima de la mesa el problema que supone contar con una plantilla de A.T.S./D.U.E. por debajo de lo que sería recomendable. «No se puede justificar el que la impaciencia de familiares y pacientes sea remediada a base de agresiones, insultos o groserías. Pero hay que comprender esa impaciencia puesto que no es normal que haya una o dos enfermeras para 32-38 pacientes. Es normal que muchas veces se pierdan los nervios en este sentido. Aunque evidentemente, la solución no está en nuestras manos», recordaron en la sección sindical. Y es que lo cierto, es que el colectivo «se siente cada vez menos protegido».