Clasicismo y fervor para una cita histórica con el Señor de Cádiz

El Señor de Cádiz, el Nazareno, el Regidor Perpetuo, el Greñúo, sale al encuentro de su barrio de Santa María. Podría ser el inicio de una crónica de Jueves Santo, pero fue lo que ocurrió justamente en la noche de ayer en la cuesta de Jabonería en Vía Crucis marcado por lo histórico de la cita y el clasicismo. El Nazareno presidió ayer el rezo piadoso por las calles del barrio en un recorrido nutrido de hermanos y fieles que coparon tanto el propio cortejo como las aceras para contemplar la salida de la mayor devoción de la ciudad.

Pasaban las 21.00 horas cuando la parihuela del Señor ha aparecido por el dintel de su capilla y el silencio se ha apoderado del público congregado.

Tan solo las notas de la capilla musical de la Banda de Enrique Galán han sonado mientras que el cortejo enfilaba Suárez de Salazar. En el camino, quedaban hitos históricos como el encuentro con la Patrona. De hecho, ha sido la primera vez de la que se tiene constancia que el Nazareno ha visitado a la Virgen del Rosario en el interior de Santo Domingo. Todo ello en una parihuela que fue portada por hermanos de la corporación y que ha supuesto un logrado esfuerzo del equipo de Mayordomía de la cofradía.

Así, de destacar era el túnico granate de cola que ha lucido el Nazareno o el cordón, donado por la propia Junta de Gobierno. Tampoco ha dejado indiferente el cuidado exorno floral de lirios, siemprevivas o espinos. Todo ello en una parihuela que también lució una pequeña canastilla, los faroles de la salida y el bastón que acredita a la imagen como Regidor Perpetuo de la ciudad.

Durante el cortejo, distintas personalidades se encargaron de la lectura de los misterios del Vía Crucis de Juan Pablo II. Fue el caso del teniente de alcaldesa José Blas Fernández, el presidente del Consejo Martín José García o el propio sacerdote dominico Pascual Saturio. También han intervenido hermanos mayores y cofrades de la corporaciones del barrio, tales como Columna, Sagrada Cena o Cigarreras.

Por suerte, la cita ha transcurrido con normalidad, aunque con el trasfondo de la polémica suscitada por algunos vecinos del barrio disconformes con el cambio de recorrido para el Jueves Santo que llevará a que, en la recogida, el Nazareno no pase por la calle Botica. De hecho, durante la mañana, el barrio ha amanecido con carteles en distintos puntos en los que se criticaba a la Junta de Gobierno por la medida y se la acusaba de «apartar al Señor de los vecinos» o de «defraudar» al propio Nazareno con su acción. Así, aunque el propio hermano mayor José Manuel Verdulla mostró su «preocupación» por las protestas, al cierre de esta edición, el evento se desarrollaba sin incidencias. De hecho, la recogida estaba prevista para el filo de la medianoche, momento en el que estaba previsto rezar el último misterio en el altar mayor de la iglesia de Santa María y ya con la incorporación al cortejo de la Virgen de los Dolores, preparada en una parihuela para su ubicación en el altar mayor para el Quinario de la hermandad.