Curro Sánchez se embarcará próximamente en nuevos proyectos
Curro Sánchez se embarcará próximamente en nuevos proyectos - L. v.
Entrevista

«La improvisación identificaba a Paco de Lucía como gaditano»

Curro Sánchez, hijo del genial músico, participa en los Diálogos de LA VOZ, para hablar de su documental sobre su padre

Antonio M. de la Vega
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Curro Sánchez es uno de los nombres de moda en el cine español. En los últimos meses le han llovido los reconocimientos de público y crítica por su trabajo 'Paco de Lucía. La búsqueda'.

Tras su estreno en la sección Zinemaldia del Festival de San Sebastián, su pase por el Festival del Cine Europeo de Sevilla y su salto a las salas comerciales –todo un mérito para una película documental–, se espera que su consagración venga de la mano de un puñado de nominaciones en los Premios Goya.

De momento, ya ha logrado lo que muchos sueñan: hacerse un hueco en el complicadísimo mundo del cine y dar una despedida a Paco de Lucía, su padre, a la altura que el mito merece.

Este jueves llega a Cádiz para participar, junto al crítico de cine de ABC Oti Rodríguez Marchante, en una nueva cita del Ciclo de Diálogos de LA VOZ. Allí, en el Parador Hotel Atlántico, a partir de las 20.00 horas, hablará del documental, de sus proyectos y de su padre, que falleció antes de que se pudiera terminar la película.

-Desde la presentación de la película en San Sebastián no han parado de lloverle las alegrías, ¿se imaginó algo así cuando trabajaba en el proyecto?

-Ya solo el hecho de terminarlo era tan complejo que no podía mirar más adelante. Hasta que no han pasado dos meses no he empezado a asimilar los éxitos que se están cosechando como algo positivo. Tal era la neurosis que tenía.

-Imagino que fue muy difícil terminar la película sin él.

-Lo fue. Para mi ha sido un homenaje, pero era consciente de que podía parecer oportunista sacar un proyecto artístico pero a la vez comercial cuando hacía tan poco tiempo de la muerte de mi padre. Pero llegó un momento en que me di cuenta de que no podía pensar de esa manera. Este documental era la carta de despedida a mi padre y una oportunidad para acercarlo más al público.

-En el documental un amigo de su padre cuenta que todos en la familia de Paco de Lucía eran artistas. ¿El genio se hereda?

-Creo que genéticamente se puede heredar la curiosidad, la inclinación por una disciplina artística. Yo no he heredado el genio musical, de eso me di cuenta muy joven, pero sí el buscar formas distintas de expresarme. Mi padre era un lector y cinéfilo empedernido, desde pequeñito me llevaba al cine, y eso ha quedado, dejó la semilla.

-Paco de Lucía se fue a Méjico buscando el paraíso, ¿quizá porque en España no le hubieran dejado ser feliz?

-Se fue a Méjico para reinventarse, pero hubo un periodo en que el país era demasiado inseguro y al final encontró su paz en Mallorca. Es cierto que para él la presión de los medios siempre fue un incordio. Por un lado, porque era muy tímido. Y por otro, porque no le gustaba que le preguntaran por su vida personal, sino por su trayectoria en la música. Y el llegó un momento en que había alcanzado un nivel tan avanzado que era muy difícil preguntarle por su obra.

-Aunque Paco de Lucía tenía esa imagen de hombre serio, casi atormentado, la película acaba con momentos muy divertidos. ¿Quería así mostrar esa otra cara de su padre?

-Totalmente. Queríamos que fuera un homenaje a su filosofía vital, que era muy flamenca. El código humorístico ha unido mucho a los flamencos, y eso para mi padre era ley. La gente tenía una imagen demasiado reverencial del maestro, y era un ser humano de carne y hueso.

-¿Hablar tanto de él le ha ayudado a superar el duelo?

-El duelo lo estoy viviendo ahora de manera más serena. Durante el proceso de creación de la película y con el impacto mediático posterior no digieres nada. Ahora que estoy teniendo más tiempo para pensar y para sentir es cuando estoy viviendo el duelo de una forma más normal. A los once días de su fallecimiento estaba encerrado terminando la película, y eso no me dio margen a casi nada.

-En su película viaja a Algeciras, la ciudad natal de su padre, tanto al principio como al final. Él mismo cuenta que sus primeros años allí sustentaban su vida como persona y como músico. ¿Cómo le marcó su origen gaditano?

-Le marcó en su forma de ser y de improvisar en la vida. Andalucía, y en especial Cádiz, es un pueblo que sorprende por su forma de enfrentarse a las adversidades. Eso es lo que más le identificaba a él como gaditano. Y todo eso lo trasladó también a su música.

-El mundo del Carnaval le rindió homenajes muy emotivos a su padre tras su fallecimiento. ¿Tuvo eco aquello en la familia?

-Por supuesto, incluso consideramos incluir el vídeo del pasodoble de Antonio Martín en la película porque nos pareció una despedida muy bonita, pero al final optamos por huir de todos los homenajes póstumos. Pero a todos nos marcó mucho cuando lo vimos.

-Paco de Lucía intentaba que cada nuevo disco no se pareciera en nada a los anteriores. ¿Se plantea su cine de la misma manera?

-Es algo que intentaré. En cualquier caso, no me puedo permitir el lujo de ser muy autoral. El siguiente proyecto será un nuevo riesgo y saldrá de las entrañas, como este.

-¿Ya maneja alguna idea?

-Hay varias ideas. Este verano hemos estado en contacto con un exterrorista del IRA. También tenemos en mente algo relacionado con el mundo del toreo.

-¿Y seguirá centrado en el género documental o dará el salto a la ficción?

-A medio plazo quiero trabajar en el largometraje documental. Ya tenemos los medios para trasladar el modelo de Estados Unidos a España, con otro ritmo, otra forma de narrar. Hay que huir del cliché del documental de animales de La 2.

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