VIII Congreso de Ubi Sunt?

La creación de un mito

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¿Quién podría pensar que dos personajes tan dispares como El Cid y Rick Deckard, el cazareplicantes de Blade Runner podrían tener tanto en común? Ambos responden a la figura del héroe mitificado que proponía Joseph Campbell en su obra El héroe de las mil caras y sus motivaciones, miedos, sueños y anhelos más profundos fueron diseccionados ayer por la profesora de la UCA Nieves Vázquez Recio, que participó en el VIII Congreso Héroes y villanos en la Historia, organizado por la Asociación Ubi Sunt? en la Facultad de Filosofía y Letras.

«Campbell es un autor clave a la hora de hablar de los héroes. Hay quien dice que La Guerra de las Galaxias está influencia por su obra», apuntaba ayer Vázquez Recio al inicio de su ponencia, ante la atenta mirada de los universitarios que se encontraban en la sala. «Todos los héroes pasan por tres estados: una partida, una iniciación y un regreso y la mayor parte de los relatos folclóricos responden a este esquema».

El Cid, personaje histórico encumbrado por el régimen franquista, «era un mercenario» mitificado gracias a la literatura. Obligado a enfrentarse a duras pruebas (para restaurar su honra pública y la de sus hijas), termina convertido en una especie de semidios, una autoridad que se sitúa por encima del Rey.

En el caso del protagonista de Blade Runner, un policía que se dedica a matar androides de apariencia humana, también es un personaje marginal y algo miserable, aparentemente el último reducto de humanidad que queda en la Tierra (los mejores especímenes han abandonado el planeta, condenado a sufrir lluvias constantes, sumido en una oscuridad total y desprovisto de todo vestigio de Naturaleza).

La novela en la que se basa el filme de Ridley Scott, Sueñan los androides con ovejas eléctricas, presenta algunas diferencias sustanciales con la película, un clásico dentro de la ciencia ficción. «En el libro el héroe es Deckard y los androides son una amenaza porque se marecen a los humanos. La única replicante con un papel heroico es Rachel, con la que el protagonista mantiene una relación. Por su parte, en la cinta, hay otro héroe, el líder de los replicantes, Roy, que capitanea una expedición de robots en busca de su creador», explicaba ayer Vázquez Recio.

En ambos casos, «la partida es hacia el conocimiento. Al final, Roy se da cuenta de que los límites de la humanidad no son precisos y lo que nos hace humanos es la empatía», sentenciaba al final de su discurso la profesora de la UCA.

Una realidad próxima

En opinión de esta experta, lo más amenazador de esta obra es su proximidad. «Es el mundo de las megalópolis contemporáneas, recuerda mucho a Tokio y otras ciudades del estilo», apostillaba ayer Nieves Vázquez, al tiempo que invitaba a los asistentes a visionar la película de Scott, llena de «símbolos claros y una iconografía folclórica y mítica intencionada».

alenador@lavozdigital.es