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El chaparrón desluce el aniversario de la Constitución de 1812

Parte del desfile por las calles de Cádiz tuvo que suspenderse por la lluvia, mientras el acto del Oratorio se limitó a la colocación de una corona

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La tromba de agua deslució ayer los actos de conmemoración de la Constitución de 1812, aunque, por otra, parte la jornada no pudo ser mejor reflejo de aquella otra de hace 196 años en la que se validó la primera carta magna de España. Aquel 19 de marzo de 1812 cayó un chaparrón, según recordó ayer el Comisario de 1812, Enrique García-Agulló. Y con esa misma fuerza sacudió la metereología a la ciudad en la jornada de ayer.

La lluvia, de hecho, hizo aparición durante el acto oficial de la ofrenda floral e izado de la bandera. Antes, el desfile de los diputados, el pueblo de Cádiz, la Milicia y el grupo de Distinguidos Voluntarios se celebró con normalidad.

Al igual que sucedió el pasado sábado, el grupo que representa a los civiles y eclesiásticos (procedentes de los centros de día de Botica y Vista Hermosa) desfiló junto a los Voluntarios Distinguidos y la Milicia Nacional, jóvenes de las asociaciones de cargadores que se prestaron a colaborar para festejar la efeméride.

La comitiva partió del Baluarte de La Candelaria y siguió por la Alameda, Vea Murguía, Enrique de las Marinas, Obispo Cerezo, plaza San Antonio, Ancha, Sagasta, plaza San Francisco, Isabel La Católica y Antonio López, para desembocar en el plaza de España. Allí, milicianos y soldados se colocaron repartidos por el monumento del primer centenario de las Cortes. Frente a ellos, en la parte del público, diez miembros de la Guardia Salinera de San Fernando y otros 35 de Asociación Histórica de Voluntarios de Torrijos 1831, hacían los honores a la bandera.

En ese escenario, autoridades militares y civiles aguantaban mientras del cielo caía una llovizna, pero el aguacero se desató justo después de los discursos.

Antes, tomaron la palabra Ignacio Moreno, presidente del Ateneo; Aurelio García de Sola, vicepresidente del Club Liberal, y los alcaldes de San Fernando y Cádiz, Manuel María de Bernardo y Teófila Martínez, respectivamente.

Como representante del Ateneo, Ignacio Moreno propuso crear un Premio a la Libertad, al Constitucionalismo y a los Derechos Humanos que fuera similar -en dotación económica- al Nobel de la Paz. Un galardón que se entregara en Cádiz cada 19 de marzo, en una jornada a la que asistirían las más altas personalidades del Estado y miembros de Gobiernos de la Unión Europa y Latinoamérica. Por su parte, Aurelio García de Sola señaló que «no hay mejor fiesta para celebrar que la de esta Constitución».

Dos ciudades hermanas

Las palabras del alcalde de San Fernando fueron para subrayar la unidad entre las dos ciudades vecinas. «Cádiz y San Fernando caminamos juntos hacia un proyecto común que una a dos ciudades hermanas y a la Bahía», puntualizó De Benardo.

En su turno, la alcaldesa de Cádiz habló de cómo la ciudad se siente «heredera de esta primera Constitución española» y recordó que en la carta magna apodada como La Pepa «se proclamó que la Soberanía residía en el pueblo». La Constitución de 1812 es la «madre de muchas constituciones y matrona de la libertad».

Tras el breve desfile al final de los discursos, la tropa, los milicianos y los representantes del pueblo se marcharon a su punto de partida, el baluarte, en lugar de hacer el recorrido, debido a la tromba de agua que les dejó empapados.

En el Oratorio, el concejal de 2012, Juan José Ortiz, reconoció que el acto había quedado deslucido. No obstante, colocó una corona en honor de los diputados que participaron en la elaboración del texto constitucional.

mcaballero@lavozdigital.es