Parejas

Los riesgos del sexo oral

Los expertos explican cómo prevenir infecciones de transmisión sexual

Laura Peraita

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Hay hombres que practican sexo de manera puntual, sin ningún tipo de compromiso, y que optan por no besar a la mujer en la boca para evitar cualquier posible contagio pero, sin embargo, realizan sexo oral sin ningún tipo de protección. «Es un auténtico disparate», apunta Ruth González Ousset, sexóloga, counsellor y terapeuta de pareja, miembro de la Asociación Estatal de Profesionales de la Sexología (AEPS) y de la Asociación de Psicoterapia Humanista Integrativa y Counselling de España (APHICE).

Explica que esta circunstancia se da por una falta de información absoluta puesto que el sexo oral puede conllevar riesgos para la salud al provocar infecciones de transmisión sexual. El sexo oral implica usar la boca para estimular con los labios y la lengua el pene (lo que se denomina como felación), la vagina (cunilingus) o el ano (anilingus).

El 84% de los jóvenes españoles afirma practicar el sexo oral, tal y como asegura el último Barómetro de Control «Lo jóvenes y el sexo». Sin embargo, no llega al 5% el porcentaje que afirma utilizar preservativo para practicarlo. De los restantes, el 60,9% pone de excusa que tiene pareja estable, por lo que no considera que haya riesgo de contagio.

Según datos del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades publicados por el Ministerio de Sanidad, a través del sexo oral se puede transmitir la hepatitis, la sífilis, el herpes, la gonorrea y la clamidia y el VIH, aunque en este último caso las probabilidades son extremadamente bajas.

Para las personas VIH negativas, las probabilidades de contraerlo al tener relaciones sexuales orales con una persona VIH positiva son extremadamente bajas. Sin embargo, según apuntan desde el Ministerio de Sanidad, es difícil saber el riesgo exacto porque muchas personas que tienen relaciones sexuales orales también tienen relaciones anales o vaginales. El tipo de sexo oral que supone mayor riesgo es el de boca con pene.

Aunque el peligro de transmisión del VIH mediante el sexo oral es bajo, hay varios factores que pueden aumentarlo, y estos incluyen el contacto oral con sangre menstrual, la presencia de otras enfermedades de transmisión sexual (ETS) y tener encías sangrantes o llagas en la boca, la vagina o el pene.

Para reducir riesgos, recomiendan evitar que el hombre eyacule en la boca de su pareja retirando el pene antes de que el fluido salga de su organismo, o usar un preservativo.

Según la sexóloga Ruth González Ousset, una barrera a cualquier tipo de contagio es también romper el preservativo por la mitad , extenderlo y colocarlo sobre la vulva de la mujer antes de proceder al sexo oral. «Es llamativo que el primer temor de una pareja sea un posible embarazo y no se tenga en cuenta el riesgo de contraer infecciones. Es más —puntualiza— hay mujeres que durante el acto sexual se preocupan más por si están bien depiladas o por el olor de su vagina, lo que influye, además, a denconcentrarse de lo que están haciendo y reducir su nivel de excitación».

En el caso de los hombres también existe cierta preocupación por el sabor de su semen, «por lo que recurren a tomar zumo de piña antes del acto sexual para suavizar su sabor y hacerlo más dulce», asegura González Ousset.

Añade que hay personas, tanto hombres como mujeres, que aun sabiendo de sus infecciones prefieren no contarlo a sus parejas por miedo, temor a prejucios y por falta de responsabilidad. «Si lo cuentan tienen la sensación de dar a entender que se acuestan con cualquiera, y aumenta la posibilidad de ser rechazadas por su pareja. Es una irresponsabilidad no contarlo para tomar las precauciones pertinentes», matiza González Ousset.

Desde el Ministerio de Sanidad señalan que sólo el preservativo (masculino y femenino) protege frente a la transmisión del VIH y otras infecciones de transmisión sexual. En caso de cualquier sospecha de contagio recomiendan acudir al centro de salud y avisar a las personas con las que se ha mantenido contacto sexual. Entre los síntomas, destacan los siguientes:

Mujeres:

Flujo anormal en la vagina con o sin olor desagradable.

Úlceras, ronchas, verrugas o ampollas cerca de los genitales, ano o boca.

Inflamación de uno o más ganglios cercanos a la úlcera.

Dolor en la zona de la pelvis.

Escozor o picor alrededor de los genitales.

Ardor al orinar o defecar.

Sangrado por la vagina sin tratarse de la menstruación o tras la relación sexual.

Dolor en la vagina durante las relaciones sexuales, de aparición repentina.

Hombres:

Secreción por la uretra.

Úlceras, ronchas, verrugas o ampollas cerca de los genitales, ano o boca.

Inflamación de uno o más ganglios cercanos a la úlcera.

Dolor e inflamación en los testículos.

Escozor o picor alrededor de los genitales.

Ardor y dolor al orinar o defecar.

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