Lo que nunca debes hacer cuando acabas con tu relación amorosa

Cómo poner fin a tu relación haciendo el menor daño a tu pareja

Laura Peraita

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No toda relación de pareja es idílica ni de película. Muchas parejas lo han podido comprobar durante el confinamiento. La convivencia estresante ha puesto a pruba a muchas de ellas lo que les lleva a plantearse la coninuidad de la relación. Según Monica Branni, psicóloga y sexóloga y autora de «Entérate, todo lo que nunca te han contado sobre sexo y relaciones» , hay que entender que no necesariamente siempre hay algo que «falla». « Las relaciones son ciclos que, en ocasiones, por la misma naturaleza con las que nacen, acaban. Aun así, si tuviéramos que atribuir causas a las rupturas, encontraríamos un sinfín de razones. Algunas debidas a las personas ( celos, infidelidades, aburrimiento, incompatibilidad, comunicación, etc. ) y otras a circunstancias ( necesidades distintas, distancia, enamoramiento por otra persona , etc.). Una forma sana de afrontar las relaciones es intentar gestionar las cosas que fallan, pero también saber poner límites y concluirlas antes de que se vuelvan perjudiciales para uno o ambos.

¿Por qué cuesta tanto poner fin a una relación?

Sin duda no es fácil «desengancharse» de una relación que nos ha generado felicidad y muchos recuerdos. Los sentimientos que hemos sentido por esa persona siempre están recordándonos que las cosas pueden cambiar e ir a mejor. Pero también, una razón importante por la que nos cuesta finalizar una relación es porque nos sentimos «cómodos»: las parejas, en ocasiones, se vuelven zonas de confort donde la rutina marca el ritmo y nos proporciona cierta seguridad. Al salir de ella nos enfrentamos a lo desconocido, a cuestionarnos cosas de nosotros mismos y de nuestra vida. Pero también exploramos y aprendemos muchísimas cosas. Salir de lo habitual suele costarnos esfuerzos, pero, si nos atrevemos a hacerlo, nos puede regalar muchísimas satisfacciones y retos.

Darse un poco de tiempo juntos para ver si la persona afectada consigue cambiar y atraernos más, ¿es una buena fórmula?

Intentar arreglar y afinar comportamientos que crean conflicto en la pareja es una buena estrategia para que los momentos juntos acaben siendo más felices. Por ejemplo, cambiando nuestra forma de comunicar y decir las cosas, se pueden mejorar muchas situaciones. El error está cuando forzamos las circunstancias, sacrificando nuestro bienestar.

Llega el momento de decirle «se acabó». ¿Cómo empiezo?

Lo primero, hay que estar bien con uno mismo. Es fundamental cuando damos estas noticias. Si estamos abrumados, llenos de dudas y/o nos cuesta organizar nuestros pensamientos, igual sería mejor esperar otro momento. En segundo lugar, pensar en qué información queremos darle a la otra persona: ¿Qué es importante que sepa? ¿Qué no? Finalmente, medir la información: no hace falta dar todos los detalles del caso, especialmente si estos le van a perjudicar. Evitar cometer «sincericidios», sin dejar de lado la honestidad.

¿Cuál es la mejor manera de llevar a cabo esa conversación?

No hay una manera mejor que otra, pero si hay malas maneras para hacerlo. Cuando decidimos comunicar una ruptura, es importante que la comunicación sea clara y la empatía también. Por lo tanto, buscar un lugar en común para llevar a cabo un diálogo en vivo es mucho más humano y cercano que hacerlo por mensaje. En el libro «¡Entérate!», aconsejamos que sea un sitio público que permita tener un poco de intimidad (una cafetería, por ejemplo) y no en casa de una persona u otra, donde la situación podría ser incómoda para uno de los dos o ambos. Al mismo tiempo hay que entender que para ninguno de los dos es un momento fácil, por lo tanto, intentar tomat las decisiones por ambas partes, sin que prevalezca el egoísmo y el orgullo.

La comunicación es muy importante, especialmente la asertiva: es fundamental que tanto quién da la noticia como quién la recibe, a pesar del mal trago que estará pasando en ese momento, tenga un poco de lucidez para no sacar la artillería pesada. Se debe hablar con respeto y transparencia. ¿Los reproches? Mejor dejarlos de lado. Finalmente, encontrar un acorde común para definir cuáles distancias se deberán mantener para que ambas partes puedan gestionar sus emociones y empezar un nuevo camino.

¿Qué es lo que nunca hay que hacer?

De la misma forma que no hay un decálogo «de la buena ruptura», lo que sí es importante es ponerse en la piel de la otra persona, sea cual sea nuestro rol en ese momento. Inevitablemente es algo complicado, pero si conseguimos dejar de lado nuestro ego, entenderemos mejor la situación. Por lo tanto, lo que no es recomendable es:

• desaparecer (¿os suena el «ghosting»?)

• escudarse detrás de un mensaje o pantalla

• que la información le llegue a la pareja por amigos o personas ajenas a la relación

• aprovechar el momento para reprochar y recriminar

• dar informaciones vagas y contradictorias

Cada relación es distinta, así que, el esfuerzo de ambos es entender qué y cómo hacerlo de la mejor forma para que incluso una ruptura no sea tóxica.

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