Día de los Enamorados

Bodas aplazadas, retrasadas e incluso anuladas. Así son estas celebraciones de amor en tiempos de Covid

Beatriz empezó a escribir el primer capítulo de su blog «Una boda deseada» el 29 de agosto, el mismo dia que tenía que estar entrando del brazo de su padre por la puerta de la iglesia

Beatriz, con su novio Reichel War
Carlota Fominaya

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Retrasos de fechas, celebraciones minimal, o parejas que hasta rompen por el camino. El coronavirus ha tocado también todo lo relacionado con el amor y las bodas. Beatriz empezó a escribir el primer capítulo de su blog «Una boda deseada» el 29 de agosto, el mismo día que tenía que estar entrando por la puerta de la iglesia para casarse con su novio y futuro marido, David Calleja. En septiembre de 2019 empezaron con los preparativos pero en marzo llegó la pandemia y todo lo que esto supuso. Un larguísimo confinamiento, una dura desescalada… Esta periodista y su pareja tenían la firme idea de mantener su boda, pero dos meses, en junio, tomaron la decisión de aplazar.

«La situación estaba muy complicada y la mayoría de los invitados se empezaron a caer de la lista. Eran gente muy importante para nosotros, y eran gente mayor y, por lo tanto, de riesgo. Creímos entonces que lo más prudente y responsable era aplazar la boda», relata Beatriz. En ese momento hablaron con los proveedores y cambiaron la fecha para un año después: el próximo 14 de agosto de 2021. «Este año me voy a casar sí o sí, sea cual sea la circunstancia, aunque sigan existiendo medidas y limitaciones», asegura esta novia. Para ella, aplazar una boda no es solo aplazar una fiesta, sino que conlleva muchas cosas. «Para mi hay un trasfondo que es querer formar una familia. Otras personas querrán irse a vivir juntos… El covid ha supuesto un trastorno para todos. La pandemia nos ha arrebatado un año, pero mal está que sigamos postergando esto más tiempo. Ya no estoy dispuesta a renunciar más. Cada uno tiene sus intereses y lo que espera de la vida », reflexiona.

Beatriz, de espíritu emprendedor, y siempre dispuesta a intentar sacar algo positivo de las circunstancias adversas, se animó a abrir el blog, con el objetivo de ayudar a otros novios que estén pasando por la difícil situación que ella misma ha pasado. «De hecho, mi proyecto está siendo un escaparate visible que pone voz a muchas historias de amor aplazadas por el Covid. Yo me vi muy sola y perdida, y solo se me ocurría preguntar a mis proveedores, como si estos tuvieran una bola mágica. Pero somos muchísimos en nuestra situación y algunas parejas tardan dos años en formalizar su situación. En dos años puede cambiar mucho tanto la persona como el relato».

En pandemia hay muchas parejas que han adelantado la fecha, han pospuesto o han aplazado pero hay otras muchas que directamente han anulado. «Hay novios que se casaban en diciembre de 2020 y viendo que la situación se iba a complicar adelantaron a agosto. Otros que se casaban en abril, no pudieron, pospusieron a verano, la situación no mejoró sino todo lo contrario y han tenido que volver a aplazar. Hay de todo», apunta.

Invitaciones digitales

Los proveedores son el sector más afectado . «Me consta que están sufriendo muchísimo y ahora dan una opción B, C e incluso D a los novios. Hay gente que yo por ejemplo ya tenía a todos los proveedores contratados. Las personas que estamos aplazando no estamos volviendo a pagar el coste de las invitaciones, por ejemplo. Lo que estamos haciendo son invitaciones digitales que mandamos por mail, por WhatsApp… Nos ahorramos el coste de imprimir. Es lo que vamos a hacer nosotros. Y si algo hemos aprendido de la pandemia es que los márgenes con los que se organizaban las bodas, que llegaban a ser de dos años, se han reducido muchísimo. Ahora las invitaciones se mandan en una fecha muy cercana a la fecha final, no con 8 meses de antelación. Es el resultado de tener que estar al tanto del BOE, que hay veces que los proveedores estaban organizando bodas prácticamente en el mismo día. Es evidente que ha habido muchos casos de estrés, de ansiedad, de nerviosismo… Los proveedores han visto como el 90 por ciento de las bodas que tenían previstas para 2020 han pasado a 2021 y están reaccionando francamente bien».

Creatividad al poder

Atrás han quedado también los bailes y las copas hasta las mil, aunque se busca la diversión de otra manera. La cantidad ha dado lugar a la creatividad. «Sin bailar, ahora los invitados pasan a estar la mayor parte del tiempo sentados y en burbuja, sin relacionarse… Se usan mascarillas, se están tomando medidas, se mantienen las distancias de seguridad, hay limitación barra libre y esa parte festiva se está sustituyendo por nuevas formas de distracción a los invitados para ocupar tiempo. En lugar de barra libre se organiza un bingo con premios para los invitados, otros hacen entrega de premios a amigos y familiares, con categorías al mejor compañero de piso, al invitado más fotogénico, al más elegante, al más puntual… Hay que ocupar ese tiempo de una manera divertida».

Beatriz y David lo único que no tenían era el viaje, pero dadas las limitaciones de movilidad, son conscientes de que, como la mayoría, van a tener que renunciar a la luna de miel de sus sueños. «Los recién casados se están yendo a destinos muy cercanos. Ya irte a Ibiza o a Formentera es lo más de lo más para las parejas del Covid», dice Beatriz, que tampoco renuncia a ir a la Costa Oeste de Estados Unidos en un futuro.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación