La presa reducirá el riesgo de inundaciones en la localidad
La presa reducirá el riesgo de inundaciones en la localidad - la voz
INFRAESTRUCTURAS

Una presa que ni está ni se la espera en Chiclana

La Junta resalta su predisposición al proyecto mientras que el alcalde reconoce la «falta de entendimiento» con la administración autonómica

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Primero vinieron las intenciones contra uno de los males de Chiclana. Corría el año 2005 y un convenio entre la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir y el Ayuntamiento puso la primera piedra. La presa contra avenidas parecía posible, aunque lejana.

Luego, todo se torció: el pez salinete, informes contrarios, nuevos estudios de inundabilidad, la crisis, falta de acuerdo. Y vuelta a la casilla de salida a punto de cumplirse 10 años de un proyecto encallado entre dos administraciones.

De momento, la ansiada presa contra avenidas, sigue como eso, como un proyecto imposible que ni está ni se espera. O al menos eso parece con tan solo sondear a las partes implicadas en el proceso.

De un lado, la Delegación Territorial de Medio Ambiente; de otro, el Ayuntamiento.

La primera administración aclara su intención. Preguntada por este medio, dice que el proyecto sigue en pie y «a la espera del Ayuntamiento». 

De esta forma, desde la administración autonómica reiteran «su compromiso» con la presa y aclaran que el proyecto está en el tejado del Ayuntamiento. Por su parte, el Consistorio reconoce que no hay novedad y que existe una evidente «falta de entendimiento» entre ambas administraciones en este proyecto.

Así lo dice el propio alcalde Ernesto Marín, que, preguntado por las novedades de la infraestructura, aclara: «Es la presa de nunca acabar. Es un tema que no hemos conseguido entendernos con la Junta de Andalucía y nunca se termina».

Lo cierto es que el camino de la presa contra avenidas ha sido complicado y tortuoso desde su origen. Según la Junta, la infraestructura duerme el sueño de los justos a la espera de que la administración local cumpla su parte del acuerdo: o cofinanciar el proyecto o conseguir las expropiaciones del terreno necesarias para llevarlo a cabo.

En total, la última modificación cifraba el coste de su construcción en unos 9 millones de euros, además de los trámites administrativos para conseguir las parcelas necesarias que ocupará la construcción en el arroyo de La Cueva.

Sin embargo, eso aún no se ha producido. Las últimas novedades al respecto se remontan a 2011, cuando la Junta sacó a exposición pública el proyecto de la presa. Lo hacía después de adaptar la idea a la existencia de un pez, el salinete.

Esta especie protegida, vería alterado su ecosistema con la construcción de una infraestructura que restaría salinidad al agua del Iro. Eso hizo modificar el proyecto para adaptarlo más bien a un aliviadero, constituido por un muro de control del agua con un hueco de salida.

La longitud total de la presa diseñada era de 1.186 metros, con un ancho en coronación de 6,5 y una altura que no superará los 12 metros. La idea era que redujera el riesgo de inundación por crecidas del actual periodo de retorno de 35 años a otro estimado entre los 90 y 100.

Junto al pez salinete, otra cuestión se cruzó en el camino, el Estudio de Inundabilidad de la Janda Litoral, elaborado en 2010 que establecía el mapa de las zonas inundables (por cierto, aún sin aprobar definitivamente).

Las modificaciones a la presa, además del aliviadero para no alterar la salinidad, ya incorporaban una «cantidad de agua de retención mayor de lo que estaba prevista», para adaptarse a este estudio. Lo recuerda el anterior alcalde y portavoz de la oposición, el socialista José María Román.

En virtud de esta nueva hoja de ruta, el exalcalde y de nuevo candidato dice que «ya tenía un acuerdo con el propietario del 70% de los terrenos para poder llevar a cabo la cesión de los éstos, necesarios para su construcción». Corre el año 2011, llegan las Elecciones Municipales y cambia el color de la alcaldía. «Desde entonces no se ha hecho nada», denuncia Román.

Por su parte, Marín achaca a la Junta la falta de entendimiento: «Cuando pedimos el proyecto, nos enseñan el antiguo y resulta que hay otro...». Y mientras llega 2015, de nuevo lluvias, riesgos de inudaciones, Elecciones a las puertas y Chiclana está a punto de celebrar un curioso y, a la vez, triste cumpleaños: el décimo aniversario del proyecto que nunca llega.

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