El Cádiz salva un punto en el Ramón de Carranza ante un Almería superior

El Cádiz volvió a ofrecer un espectáculo lamentable en Carranza y fue incapaz de superar a un Almería B que llevaba siete derrotas consecutivas como visitante. Los de Jose González no consiguen salir de su mala racha de juego y resultados y ofrecen bastantes dudas de que el equipo sea capaz de entrar entre los cuatro primeros en el Grupo IV, posiblemente el más débil de toda la Segunda B.

Al conjunto gaditano le cuesta un mundo llevar la iniciativa en el juego. Su juego es muy previsible, carece de profundidad, intensidad y velocidad, lo que facilita enormemente la labor de sus adversarios.

La primera mitad fue para olvidar. Los amarillos llegaron al área almeriense a cuentagotas. La mejor ocasión fue para Enrique tras una buena contra protagonizada por López Silva, quien cedió a la izquierda para Aarón Bueno. Este centró al punto de penalti, pero el extremeño golpeó el balón con muy poca fuerza y el portero atajó el esférico sin ningún problema.

Mala fortuna

El filial almeriense se adelantó en una acción a balón parado. La zaga amarilla y Dani Miguélez no estuvieron afortunados. Hugo Álvarez y otro atacante visitante se encontraban solos dentro del área y el primero cabeceó a gol superando al meta gaditano en su salida.

Tras el descanso el Almería B se creció y por momentos bailó a los gaditanos. Afortunadamente no aprovecharon las escasas oportunidades que disfrutaron ante la meta de Dani Miguélez. Los amarillos, sin ninguna calidad, empataron en una acción de garra del equipo que culminó Raúl López, su mejor guerrero en el campo.

De ahí al final el encuentro enloqueció y cualquiera podía haber ganado, pero el marcador no se movió y el Cádiz salvó al menos un punto en otro partido para olvidar.

Por lo tanto, y pendiente de lo que puedan hacer los rivales de la zona alta, el conjunto amarillo sigue perdiendo fuerza y empieza a despedirse de las primera y segunda posición, siempre y cuando siga dando la imagen que está dando tanto en el Ramón de Carranza como fuera de su feudo.